Quince años. ¿Lo habéis pensado despacito?
En ese tiempo nos hemos visto crecer, algunos envejecer, otros os casasteis bajo Su mirada y nacieron vuestros hijos bajo Su manto, amigos que partieron hacia las Marismas eternas y que para siempre perdurarán en nuestros recuerdos. Cambiaron nuestras vidas.
Quince años. El mundo que nos rodea cambió, cambiaron los tiempos. Cambiaron los caminos de muchos amigos a los que no hemos vuelto a ver cerquita de esta nuestra “Candela”, pero siempre han seguido en nuestra memoria y a los que hemos deseado, de corazón, buen camino, sea el que sea.
Quince años y seguimos Caminando. Este año será nuestra quinceava Ofrenda y allí debemos estar, como cada año, sin falta, puntuales y cumplidores con el compromiso que adquirimos con Ella en aquella lejana noche agosteña.
Curioseando papeles en casa apareció este…
El sábado, 6 de Diciembre de 2003, le dijimos a la Virgen: Gracias; gracias por haber hecho posible el que nos conociéramos gente de tan distintos lugares, con tan distintas formas de ser, de pensar… pero unidos POR ELLA y EN ELLA. Y aquel Lazo Blanco nos unió y nos une hasta hoy; y si alguna vez se aflojó siempre hubo unas manos, o corazones, que se encargaron de apretarlo, bien fuerte, hasta hoy.
Por todo lo caminado, por todo lo vivido, por todo lo aprendido, por todo lo rezado, por todo lo llorado y reído, por las penas y alegrías compartidas, por los encuentros y las despedidas, por los abrazos añorados y por los aún deseados… ¡hay que seguir!
Este año debe ser especial… QUINCE AÑOS no son cualquier cosa. Hagamos lo que hagamos os pido un pequeño esfuerzo mayor, pero no en lo económico si no en lo fraternal, en apretar un poquito más, si es posible, el nudo de nuestro Lazo. Pensaba en volver a convivir en el frío Diciembre, en que Ella vea remolino de gente, que los amigos que partieron vean a amigos, a hijos, quizá a nietos, en Su reja.
Quizá este año sea bonito retomar aquellas convivencias tan maravillosas. Todo es posible si nos lo proponemos, si lo deseamos de verdad, si vencemos la apatía, la desgana, y nos convencemos, porque es verdad, de que lo que tenemos ES MU GRANDE, aunque no le demos importancia. Dicen que las buenas cosas, como las buenas personas, cuando se echen de verdad en falta es cuando las perdemos.
Aquí lo dejo. No sé en el tejado de quién está la pelota.
Foro… ¡os quiero!