No defraudó, ni mucho menos, el pregón rociero de Javier Vega Lizana a quien presentó, en una repleta parroquia del Corpus Christi, el hermano rociero, Juan Trapero.
El presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Algeciras, que dedicó su alocución a su hija Palma, apeló «al sentimiento religioso y la fe», que se vive en Almonte. Aldea a la que acude desde hace ya muchos años, desde 1975, aunque en este 2008, como en los tres anteriores, irá con los algecireños.
Para Vega, más allá de los tópicos festivos, hay momentos «para el hermanamiento, el camino, la presentación ante la Virgen del Rocío» y por supuesto el momento emotivo de la Salve Rociera.
El pregón mantuvo una intensidad y una línea, siempre con la religión como bandera.
La misa de romeros de la hermandad, la procesión del Simpecado, y los diferentes cultos que se llevan a cabo «son el verdadero espíritu rociero», apuntó Vega para desgranar, en otro apartado de su exposición, los recuerdos y vivencias que tiene de la aldea desde que residía en Huelva y se reunía con sus hermanos para comer en Bollullos y luego presentar sus respetos a la Blanca Paloma.
No faltaron las autoridades locales, como el alcalde de la ciudad, Tomás Herrera, así como otros miembros de las distintas hermandades de la ciudad que quisieron acompañar a Vega en este momento que para él fue emotivo y bonito.