En el año 2003, los tamborileros que por aquél entonces acompañaban a las hermandades filiales de la Matriz de Almonte, acordaron ofrecer a la Virgen del Rocío, en fechas anteriores a la romería y durante el transcurso de la misa del domingo de Pentecostés, un pequeño tambor de oro que primorosamente realizó la añorada orfebrería Triana y que entre todos ellos sufragaron. Cuando en el transcurso de dicha celebración, las camaristas subieron a las andas de la Señora de la Rocina para prender en su vestidura la coqueta alhaja, el estruendo de los tambores acompasó la emoción del momento y las palmas de la concurrencia repicaron para rematar con encajes de divina gracia aquél histórico instante.
De ese tiempo de lealtad, camaradería y sana alegría en cada encuentro con cada compañero, tambor al hombro y flautas a la faja, donde se hablaba y se miraba de frente y donde la nobleza y la sencillez eran códigos inatacables de esta tradición que se hace arte, toma la Asociación Cultural de Tamborileros de Andalucía la inspiración para, en esta nueva andadura que su recién elegida junta directiva comanda, tratar de engrandecer y reconocer a esta singular figura que es patrimonio de nuestra tierra. Con un trianero al frente, llenos de optimismo y ganas, trataremos de hacer disfrutar a sus miembros y a todos los que a la Asociación se acerquen para, en honor a la naturaleza de nuestro cometido como tamborileros, saludar, abrir los brazos, acoger y alegrar. Siempre sonriendo, siempre con oficio, siempre por derecho. Dicho queda. Os esperamos.
Junta directiva de la Asociación Cultural de Tamborileros de Andalucía.