victoria
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 Viva la Virgen del Rocío
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Para Gabriela
« fecha: 01.11.04 a las 19:39:31 » |
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Para ti, Madre.. siempre un gracias y una sonrisa... hoy, especialmente hoy, porque los seres humanos somos así y a veces las tradiciones nos pueden, hoy tengo en mi mente a quien me trató como a una hija. A mucha gente le resultará curioso, a los que conocen mis circunstancias vitales, igual menos, pero a los que sólo tienen pinceladas... puede que resulte algo raro. Hace ya catorce o quince años, Nuestra Madre, puso en mi camino a una persona muy especial, ella era pequeña de estatura, pero su corazón no tenía límites. Desde sus ojos castaños se desprendía tanto amor, que es difícil de olvidar su mirada. Cuando sonreía parecía una chiquilla y cuando besaba lo hacía con los labios del alma, nunca en mi vida he sentido tanto un beso, nunca... de nadie. La conocí en una comida, que se había organizado para que yo asistiera, pero antes de aquel día ya habíamos hablado, no sabía quien era yo, no sabía cómo era mi cara, pero ya ella había realizado conmigo su primer acto de amor, me había llamado para que compartiera con ella un momento muy especial... se casaba su hija Lola. En aquella ocasión no pudo ser, pero pocas semanas después cruzábamos por primera vez nuestras miradas. Los demás estaban curiosos, expectantes, incluso se podría decir que preguntones, pero ella.. ella sólo se preocupaba de hacerme la estancia agradable, de que estuviera cómoda.. y de que comiera... eso sí, como si a mi me hiciera mucha falta! Desde ese día, desde ese maravilloso día, la vida nos fue uniendo poco a poco, y en cada gesto, en cada palabra, en cada conversación, sólo de ella se podía aprender cosas buenas, tanta humanidad, tanta tolerancia, tanta entrega, tanto amor... no he conocido tanto en una persona en todos los años de mi vida. Siempre una buena palabra, siempre un abrazo, siempre una sonrisa, siempre una entrega, hasta en los malos momentos tuve de ella, siempre, no falló nunca, ni un solo instante puedo decir que no me entregara, probablemente, más de lo que yo merecía. Pasamos buenos ratos juntas, ella en su “ignorancia” me enseñó Andalucía, ella me descubrió la magia de un patio una noche de verano, ella me enseñó a hacer pan, a salir detrás de un palio, ella me dio la oportunidad de nacer en Andalucía, ella me hizo malagueña, y lloró de amor cuando tras su Virgen salí de mantilla un Viernes Santo, ella me hizo romera, ella me indicó cuánto bueno tiene la gente, ella me quiso, me quiso mucho... No sé si cuando se fue, llegó a saber cuanto la amaba yo, pero sé que hoy sí lo sabe, sé que hoy conoce que mi corazón siempre tendrá un lugar para ella, sabe que la quiero tanto como cuando podía ver su sonrisa, tanto como cuando, al salir de romería me despedía con un café en el patio, y me decía... que guapa Victoria!, tanto como nunca, pero no menos que siempre... Hoy, día de Todos los Santos, no podía dejar pasar, mi homenaje, el que siempre tendré para ella, para Gabriela, mi querida suegra, a quien nunca olvidaré. Descanse en paz.
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