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Tema: una casa en el rocio (Leido 267 veces) |
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victoria
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 Viva la Virgen del Rocío
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una casa en el rocio
« fecha: 16.05.06 a las 18:40:12 » |
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Una bandera, en las obras, cuando se cubren aguas sin que haya sucedido nada malo, ningún accidente que lamentar, se pone, o se ponía, porque es una costumbre que también se va perdiendo, sobre la cumbrera, un mastil con una bandera… blanca, sobre el campanario de nuestra casa, el que se usa para llamarla a grito pelao para que se acerque a mirarnos a los ojos, hay una bandera blanca. Después de un largo año de trabajo, si somos del todo sinceros, no se puede decir que no haya habido ningún accidente, acordaros de ese día en el que los peldaños replanteados se cayeron al no darnos cuenta que aun estaba fresco el mortero y pisarlos, o de los que no conseguimos que se quedaran en la cuadrilla a trabajar con todos, o de los que cansados han retirado sus herramientas y siguen allí, esperandolos…. Aún así, la bandera hondea en el cielo, y la brisa de la marisma hace que levante una estela. Anoche, mientras en el porche observaba la obra de la casa, me venía a la mente aquella noche, apareció en el cielo de Oriente una estrella, que guió a unos sabios hasta encontrar el regalo más grande que Dios nos ha hecho nunca, su Hijo. Me acordaba de la estrella que los guió, se había levantado brisa, y la bandera blanca volaba alegre con el viento, como si quisiera guiarla a Ella en su regreso a la aldea, como si sirviera de norte para poder volverla a ver en su altar de la marisma… Durante todos estos meses, hemos trabajado con ahínco, conseguimos terminar el porche, y la escalera, los dormitorios de la planta de arriba están hasta terminados de pintura, un campanario con tejas coloreadas remata la fachada, y un pozo enorme de agua preside el patio de atrás. De él emana agua fresca todos los días, y su rumor, el que forma cuando discurre por la acequia del jardín, suena a otro acento, un acento peruano, combinado con risas infantiles, de quienes pueden beber, de quienes gracias a su rumor sonríen, de quienes hoy por su líquido elemento, pueden simplemente vivir. Sin duda esta ha sido la obra más importante de este año, por eso hoy, cuando estamos a punto de entregarte nuevamente el regalo anual, un gran acueducto trascurre desde nuestra casa a tu ermita, para terminar en la marisma. Lo adornan papelillos blancos, como los de las cúpulas que se elevan nuevamente a lo largo de todo tu camino, las que nosotros también hemos realizado con los papelillos del corazón, para engalanarte tu camino de vuelta. En la casa, hicimos una chimenea, en la que hemos encendido candela muchas veces, sobre todo en esas tardes de invierno cuando el frío apretaba, colocamos las sillas para que todo el que pasara pudiera sentarse a descansar, para que a nadie le faltara, aunque algunas hayan quedado frías, siguen esperando. Terminamos una galería de imágenes, ya no sólo fotos cuelgan de la misma, videos y cdes realizados en tu honor adornan sus estanterías, cuando estamos juntos, volvemos a ponerlos, para recordar momentos vividos, para soñar con los que vendrán… Una preciosa capilla también se realizó este año Madre, bueno, ya lo sabes, es chiquitita, pero todos, todos los días se oye la voz de tu Divino Hijo, todos todos los días, se adorna un poco más, se le limpia la plata, se escucha una palabra de aliento y comprensión, se ejerce de auténtico cristiano, sin tapujos. Como nada es perfecto, y nada concluido, muchas cosas se nos han olvidado rematar en el camino, muchas no las hemos hecho con la perfección que tu mereces, muchas otras ni siquiera las hemos realizado, aunque nuestra intención fuera la de hacerlas, esperamos Madre, que sepas perdonarnos por ello, y que nos guíes para que la obra que el lunes de Pentecostés volverá a comenzarse, sea más perfecta que la de este año, más virtuosa, más a tu medida, más a la medida de tu Hijo… pero eso será, después de Pentecostés.
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