Tarteso
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cantaban a la virgen poemas
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PREGON DE CAMINO-I LA LINEA DE LA CONCEPCION
« fecha: 12.06.09 a las 11:42:47 » |
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Cumpliendo con alguna petición, ahí os dejo mi pregón, con el van mis sentimientos, y un trozo de mi corazón. Muchos de vosotros ni el escrito ni las formas compartiréis,
Con toda humildad y sinceridad, os pido que me perdonéis.
PREGON DE CAMINO ROCIO 2009
Reverendo director espiritual, distinguidas autoridades,
Hermano Mayor D. Antonio Jiménez, y junta de gobierno, Hermandades asistentes, Señoras y Señores, queridos hermanos rocieros.
Me siento como un ladrón de palabras...usurpando el sitio a cualquiera de vosotros que tenéis más meritos que yo, más caminos andados, muchas mas vivencias que contar, y seguro, sois mejores rociero que yo. Ese fue mi primer pensamiento cuando el Hermano Mayor y su Junta de Gobierno me ofrecieron el honor, la responsabilidad y el compromiso de dirigirme a todos vosotros.
Así, que pidiéndoos mis más humildes disculpas, encomiendo mis sentidos, mis palabras y mis emociones a la Señora....ya que es Ella la que ha querido que hoy este aquí.
“ Cantando junto a la candela hablan mis sentimientos, mis sentimientos...”
Mis sentimientos sinceros, mis sentimientos de nuevo rociero, mis sentimientos de amigo, mis sentimientos de hermano, mis confusos sentimientos...
Si, confusos, porque a La Señora.....yo creo que le gusta jugar conmigo....le gusta verme en situaciones en las que yo no pensaba estar...pero estoy....le gusta verme en ángelus que no rezo, pero los lloro, le gusta verme en caminos que no pensé andar... pero los ando, y en el camino...su camino, ahí me enseña su belleza a través de sus rocieros, de sus peregrinos, de sus hijos .... y yo.... empiezo a vivir vivencias ajenas, a sentir sentimientos que no son míos, a recorrer caminos llenos de ilusiones, de penas en soledad y de alegrías compartidas, empiezo a recorrer sus caminos, y sin querer, como algo que sale de forma natural, me hace cantarle.... Ella me dio memoria y osadía.... y le canto..” lo que yo quiero pedirte, no te lo pido cantando, no te lo pido cantando, te lo pido desde dentro, caminando, caminado...” mi canto es un sentimiento profundo, nacido en lo mas recóndito de mi ser, mi canto me sale doliente, porque cuando aflora, rompe la timidez del sentimiento escondido, mi canto es como un rezo....porque yo no se rezar.
No, yo no se rezar, mi padre me enseñó muchas cosas.... pero no me enseño a rezar,
Me enseño de pequeño, donde coger ramas de olivo y romero para vitorear la entrada triunfal de Jesús ...... años más tarde, las cogería en el camino para adornar nuestra carreta marinera. También me enseñó, aun siendo muy niño, a guardar con respeto y silencio, el paso del cristo yaciente, seguido por esa figura seria y enjuta con uniforme de cruz roja, donde solo su redoble de tambor, rasgaba la noche eterna y triste de fieles cofrades y negras mantillas. El mismo respeto que me inunda, cuando asisto con sobrecogimiento en las noches de camino, a la comunión de rezos en letanía y viendo como mis hermanos se unen, en plegarias de Dios te salves.
Me enseñó el bullicio de camiones y bateas adornados con flores y esparragueras, repletos de vecinos, tortillas, carnes empaná y huevos duros....
Sin el.... seguro que más de un año, mi calle no hubiera rezado al Cristo de la Almoraima.... mi primer camino hacia Ella, fue en parte gracias a los recuerdos que de mi infancia conservaba, y lo hice con el propósito de volar hasta su lecho y contarle las vivencias que había tenido con su pueblo, con sus gentes.... pero no, no me enseñó
a rezar.
Pero si me enseñó a cantarle a un Dios recién nacido los villancicos más bellos que su coro, el de la calle Cádiz, había escrito para alegrarles las navidades a amigos y vecinos. Con ese aprendizaje muchos años después, me atreví a cantarles sevillanas a la Madre de ese niño, Pero no, no me enseñó a rezar
Mi madre no iba a misa de 8, ni a misa de 12.... mi madre tampoco me enseño a rezar.
Pero si la vi muchas veces durante mi infancia, como encendía mariposas y se quedaba silenciosa delante de sus pequeñas estampas... una virgen de la Esperanza y una virgen del Carmen... hoy, cuando las muchas canas y los muchos caminos por donde a transcurrido mi vida, me llevan a la ermita donde Ella espera .... vuelvo a ver a mi madre, reflejada en cientos de mujeres, que silenciosas, miran la imagen de su virgen... pero no, mi madre tampoco me enseñó a rezar.
Muchas veces me pregunto... por que hago su camino...por que voy a verla... por que le canto...a mi me gusta responderme, que Ella así lo quiere, y como creo que no soy un buen rociero, o por lo menos no soy un rociero al huso... me gusta pensar como os he dicho antes, “ a Ella le gusta jugar conmigo... no por enfadarme, no... sino por entretener a su Niño ”, ya sabéis que los niños se aburren mucho y necesitan juegos continuamente...
y al jugar conmigo, de camino me prueba.... o mejor dicho, me obliga a que yo siga haciéndome las preguntas que aun no he sabido responderme.
La primera vez que quise hacer el camino, me tuvo tres días esperando en la puerta de Manecorro...y no me dejo entrar en su camino, claro que Ella no me cerro la puerta, me la cerraron los guardas del coto. ( pero Ella y su niño, seguro que al verme allí me miraban y sonreían, al ver un torpe principiante de rociero, queriendo hacer el camino al revés )
“ Como me iba mejor el recorrido de Barcelona al Rocío, que ir a Sanlucar, pues nada, dejo el coche en la aldea, entro por Manecorro, hago los cuarenta y tantos kilómetros en un día y me encuentro con mi Hermandad...” claro que lo único que conseguí fue tener tres días de charla con los guardas ( que por dentro... también se tenían que estar riendo a mi costa )
Luego, cuando pasaron los días me di cuenta de mi torpeza, al pensar que no se hace el camino dándole la espalda, sino que el camino se hace teniéndola delante, aunque lejos... pero buscando su encuentro, caminando hacia Ella.
Como comprenderéis, con esta iniciación y mis tres días de plantón... era fácil pensar que aquello no era lo mío. En esos tres días pensé tres cosas,.. o bien no merecía hacer el camino de los buenos rocieros..... o yo era muy torpe, ( que lo era ) o “Ella simplemente no me lo ponía fácil, y de paso..., entretenía a su niño.”
Pero como supongo que alguna puertecilla me tenia que dejar abierta.... al cuarto día, me abrió su camino, y pude pisar las arenas por primera vez. (seguro que le decía al niño....a ver que pasa cariño,... a ver que lleva dentro ese que no me reza)
Cuando llegué a Aguaperal, mis ojos vieron un campamento de peregrinos cansados y dicharacheros, con algún que otro churrete, y más tierra que flores en el pelo... vi a una señora con tacones y la flor de medio lao, que sacaba la sonrisa de sus amigos a golpes de uvas en aguardiente, me llamo la atención, como se esmeraban en adornar con romeros recién cortados, a una carreta de la que yo nada sabia, y de la que años más tarde, me agarraría para llevarla y que me llevara por las duras arenas. También vi, como preparaban una mesa humilde con blanco mantel para la misa, todo esto lo miraba desde lejos...sin mezclarme, pues aunque me reconocía con mi pueblo , me sentía que no podía participar de ellos, que en el fondo, era un extraño venido de lejos, buscando... lo que ni yo sabía.
Luego vinieron las lagrimas, lagrimas extrañas, lagrimas que me pillaron por sorpresa, (creo que no lloraba desde que mi madre me enseñaba la suela de su alpargata, como ultimo recurso de su pedagogía infantil) y con las lagrimas, vinieron las emociones.
Las primeras fueron al oír como el pastor de aquellas almas, se refería a mi como alguien venido de lejos que buscaba llevar parte de sus vivencias a su padre enfermo, la verdad, oír hablar de mi padre en una misa rociera, rodeado por las gentes de su pueblo..... fue una emoción especial que pilló a mi corazón desprevenido.
La segunda fue sin duda menos explicable, después de un pequeño trecho caminando con gentes nuevas y sintiendo en mi piel, el primer abrazo de bienvenida que me daba un matrimonio “el con guasa gaditana y ella que no remediaba nada”, llegó una parada, donde todos los que caminaban desperdigados se reunieron alrededor de aquella carreta tan especial, y después de un pequeño comentario del Pater, se unieron en un canto que más que canto era plegaria, y más que plegaria, era una demostración de fe, en un acto intimo de comunión entre todos ellos.... cuando sonó su estribillo... “ las doce de la mañana, La Línea reza en Doñana.... ” algo dentro de mi, se desarmó, de mis ojos, de forma incontenible brotaron lagrimas que parecían que llevaban años esperando salir... lagrimas que intentaba contener, pero a la vez me hacían sentirme sosegado..... me hacían sentirme en paz. Han pasado algunos años de ese primer Ángelus y aún me es imposible, ni cantarlo, ni reprimir las lagrimas.
Y así salí del Coto, emocionado y sorprendido, con un sentimiento raro, inexplicable, pero bueno, no había más, intente hacer el camino, y no había podido ser, bien por mi torpeza, bien por falta de información....o por lo que muchas veces pienso....que no me lo merecía.
El hecho es que marche a Barcelona, y no tuve la cortesía de visitar su Ermita, ni me despedí de Ella, ni de su Hijo.
El camino de vuelta fue mas duro si cabe, la batería del coche se negó a seguir conmigo....y tuve horas y horas para pensar en todo lo que me había pasado, hasta que vi la amanecida, no la que esperaba en el camino sino en una gasolinera de carretera.
( SIGUE )
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