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Tema: La medalla, nuestra identidad (Leido 776 veces) |
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rociero_de_madrid
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Viva la Virgen del Rocío y el pueblo de almonte
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La medalla, nuestra identidad
« fecha: 23.07.12 a las 03:00:36 » |
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Aunque hace tiempo que no escribo en este bendito foro, aquí tenéis uno de mis relatos, relatos de amor, amor hacia la madre de Dios. (Rociero_de_Madrid, David para los amigos)
LA MEDALLA, NUESTRA IDENTIDAD
El Rocío, cruce de caminos, sitio divino donde se cruzan sentimientos, emociones, promesas, alegrías, rencuentros y un sinfín de atributos cuya descripción nos tomaría mucho tiempo. Mucha gente cree que El Rocío es únicamente una romería internacional que durante unos días ocupa portadas y titulares de periódicos y telediarios, pero si pensamos eso realmente nos confundimos. El Rocío es mucho más, El Rocío es Ella y solamente Ella.
Ella es la Patrona de un pueblo onubense escogido por gracia de Dios llamado Almonte. Ella es Reina de las Marismas que tienen lugar en el Coto de Doñana, Ella es Madre, es consejera, es dueña del corazón de los que se hacen llamar rocieros, en resumen Ella es la Cordera sin mancha, la inmaculada concepción de María llamada por todos Virgen del Rocío.
Esa ermita blanca que tiene lugar en un enclave natural único de la baja Andalucía es su casa. Es donde habita la Blanca Paloma del Espíritu Santo, y es donde todos los rocieros se acercan para encontrar el consuelo de una madre, es donde se llegan gente de todos sitios para dar gracias, para pedir que se apiade de ellos y su gente, para cantar en forma de oración, para… una infinidad de cosas y que sólo saben las personas que se agarran con devoción a esa reja, que fuera de privar al peregrino ver con claridad a la virgen, marca una frontera entre lo sagrado, que es Ella; y el mundo terrenal.
Fuera del periodo de romería, se acercan gentes de tierras extrañas, no vinculados necesariamente a Andalucía, de septiembre a marzo vemos que en esa ermita blanca entran simpecados de hermandades de toda la geografía española y de parte del extranjero. Cada uno con sus insignias, cada estandarte, cada “simpecao” de un color, con la imagen de la virgen de distinta forma, unos representando lo que identifica a su ciudad o pueblo y otros con una imagen que se te queda grabada, que los reconoces cuando los ves. Pero todos preciosos, y con un objetivo fijo, tener siempre a la virgen cerca allá donde se esté.
Pero aquellos estandartes siempre habitan en un lugar que no está a nuestro alcance siempre, en templos, en las casas de hermandad, y muchas veces alejados de nuestra casa. Por ello, como parte de la indumentaria rociera se halla LA MEDALLA.
¿Qué significado tiene la medalla para un rociero? La medalla para mí es un tesoro muy grande. Un tesoro que lo llevo en mi pecho cada vez que voy a verla. No para presumir, ni aparentar de rociero, sino para decirle a la señora cuando voy aquí estoy madre, y te traigo un trocito de mi tierra en mi corazón, un saludo de mis hermanos y una petición para que siempre me los cuides. Mi medalla descansa todo el año en la cabecera de mi cama, y cuando tiene lugar algún acto rociero, una sabatina o la misma romería me la coloco en el pecho y con ella me identifico. Es como así decirlo, mi DNI rociero, pero sin número. Es algo que difícilmente se puede explicar, un objeto que por nada del mundo lo cambiaría, porque en ella descoloría, con aquel cordón viejo, con aquellas cintas, pines, adornos… que te regalaron amigos a lo largo de los años, escriben tu historia rociera. Y sino que me decís amigos, lo que se siente cuando nos presentamos cada uno con nuestra carreta a la Santísima Virgen del Rocío en el sábado de Romería, y se escucha por la megafonía: “Se dispone a realizar su presentación la Hermandad de…” y en ese momento entre palmas, cantes y vivas a la señora, este humilde rociero que os escribe, se agarra fuerte la medalla al pecho y da gracias con devoción a aquella Madre que le ha permitido ir a verla de nuevo otro año más.
En resumen, y sin querer cansar a los muchos rocieros que leen estas letras quiero decir que guardéis siempre vuestra medalla como oro en paño, que cuando paséis por un mal trance se la dejéis al hermano que sufre, que cuando no podáis ir a verla, que se la dejéis a aquel que va, porque de alguna forma tú irás con Ella en los caminos. Porque aquel hermano/a al que le has dejado la medalla, también agarrará la tuya cuando se presente ante la virgen y allí también estará presente tu corazón, tu corazón rociero.
VIVA LA VIRGEN DEL ROCÍO!
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y al llegar a ti , solte la vara , me agarre de la medalla y le di gracias al cielo , porque al mirarte a la cara , yo me senti rociero...
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