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Título: Era una tarde agosteña... Publicado por victoria en 26.08.04 a las 16:55:14 Era una tarde agosteña... no hubo pañuelo que la cubriera, pero la magia se respiraba en el ambiente, otra vez cohetes, otra vez velas, víspera de nuevos hermanos, y sólo un año por delante, para que Ella camine otra vez, hacia su pueblo, hacia Almonte. Era curioso, como si estuviéramos viviendo lo que sucederá el año que viene, en cada conversación, solo un año, el año que viene tal día como hoy.... mi corazón se sentía como el domingo por la tarde en romería, gente de Almonte, no sale a la calle, pero es día grande, una vez más acompañaba en su Especial Voto a los hermanos que desde hace tantos años cuidan de Ella, una vez más el privilegio de ser invitada por ellos a sus días grandes, gracias. Cuando entramos a la Ermita, Ella, siempre, ya en las funciones del triudo habíamos recordado sentimientos muy intensos, la fe, como el día anterior nos recordaban desde el púlpito “... la fe es creer sin ver... pero Almonte vio.., la fe del que llega a la reja, y no se sabe que quiere, que pide, de que da gracias, pero se le ve la fe en los ojos... nos contó el sacerdote que lo ve, desde arriba, aún cuando está celebrando, ... siempre Ella en nuestras pupilas. Una vez más, en esa aldea almonteña, un rosario a su alrededor, un rosario de luz, de esperanza, de devoción, un rosario de ayuda, de tranquilidad, sin mirarnos pero sintiéndonos, sin ver pero creyendo, como la fe. Esa noche viví la Magia otra vez, cuando todos se fueron, cuando la ermita está sola, cuanto nos pudimos decir entre el silencio, cuanto podíamos sentir en la soledad, cuanta paz, el suelo lleno de arena, del que viene andando, del que entra hasta Ella, le decía, si me quedara esta noche contigo, te diría... en fín, no me pude quedar, tras de mi cerraron la puerta, pero mi corazón quedó prendido... en una reja, otra vez. Gracias Madre |
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