Una lluvia de pétalos de rosa y una salve rociera anunciaron ayer la partida de la Hermandad de la Virgen del Rocío de Córdoba hacia la aldea de Almonte. Por delante quedan nueve días de emotivos sentimiento, de plegarias, de amistad y, sobre todo, de devoción para los más de 350 hermanos que harán el camino hasta tierras onubenses en 36 carriolas y 23 camiones.
Cuando el simpecado de la Blanca Paloma alcanzó por fin el Ayuntamiento, tras la misa ofrecida en el altar mayor de la Mezquita-Catedral, el silencio se apoderó de Capitulares y un coro le dedicó un cántico;una explosión de emoción que hizo estallar en llanto a más de un hermano.
En la escalinata del Consistorio, la Corporación municipal esperaba a que la hermandad presentara un año más a su Virgen a la ciudad de Córdoba y la misma alcaldesa, Rosa Aguilar, fue la encargada de desear al hermano mayor, Antonio Grande, la mejor de las suertes para la semana larga que los romeros estarán camino del santuario.
La Hermandad del Rocío de Córdoba es la primera filial que inicia su peregrinación a la aldea del Rocío, un camino que culminará con el salto de la reja el Lunes de Pentecostés, el 12 de mayo.
Mari y Martín tenían ayer un sentimiento contradictorio. Por un lado, la inmensa alegría del comienzo del camino; por otro, una sensación de pena por no poder acompañar este año a la Blanca Paloma hasta la aldea onubense. “Siempre hemos cogido algunos días de vacaciones para hacer el camino entero, pero este año no ha podido ser”, decía Martín vestido de flamenco con su medalla de la Virgen colgada del cuello. De todas formas, este matrimonio realizará algunas de las paradas, como la de anoche en el polígono industrial de Amargacena y la de La Luisiana. También estarán en la romería, donde se reencontrarán con amigos de otras hermandades.
Fernando y María Dolores esperaban en Capitulares a que llegara el cortejo romero de la Judería desde poco después de las 18:00. “Nosotros no podemos hacer el camino entero por el trabajo, pero intentamos acompañar a la hermandad todo lo posible”. Por ejemplo, Fernando, que pertenece a la cofradía desde hace 14 años, se unirá a la parada en Coria del próximo miércoles. Su mujer esperará a la hermandad el viernes con las habituales campanitas de la Fuensanta. “Ya es una tradición aguardar a nuestra cofradía de esta manera”, explicaba María Dolores.
En una de las muchas carriolas que ayer acompañaron al simpecado de la Virgen a salir de la ciudad se encontraba, quizás, uno de los grupos de romeros más peculiares. Antonio, natural de Lorca (Murcia),
lleva cuatro años haciendo el camino con la Hermandad del Rocío de Córdoba, pues “nos une una gran amistad”. Cristóbal, también de este municipio, ha sido durante nueve años cochero de la carreta de la hermandad, lleva haciendo el camino con Córdoba más de una década y tiene grandes compañeros aquí.
mari
Hola, acabamos de abrir una peña y nos gustaria saber que nos hace falta o que hay que hacer para poder acompañaros en el camino. gracias.