La imagen mariana de la hermandad es ataviada de la misma forma que la que aparece en el óvalo del Simpecado cordobés
Con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción la mayoría de las hermandades cordobesas han ataviado a sus titulares marianas con las vestiduras propias de esta celebración en la que los colores blanco, azul y rosa toman el protagonismo. De esta forma, la hermandad del Rocío de Córdoba, a través de las manos de sus damas camaristas, ha cambiado de ajuar a la Virgen del Rocío que a la que la corporación rinde culto en la capilla que posee en la Real Iglesia de San Pablo.
En esta ocasión, las encargadas de embellecer a la Blanca Paloma han querido homenajear al artista cordobés Julio Romero de Torres, pintor del óvalo del primitivo Simpecado de la corporación, y han ataviado a la imagen mariana con las mismas vestimentas que luce la Virgen del Rocío que aparece en la obra que el insigne pintor realizase en las primeras décadas del siglo XX. Este es el motivo por el que la imagen aparece sin flores, ya que así fue como la representó Romero de Torres.
De la misma forma, los equipos de Priostía y Mayordomía de la filial rociera en Córdoba, han engalanado la capilla de la corporación en la Real Iglesia de San Pablo con adornos navideños y han montado el misterio del Nacimiento de Jesús a los pies de la Virgen del Rocío. También, los hermanos de la hermandad han decorado la casa hermandad de la corporación, situada en el polígono del Granadal, con la ornamentación propia de esta época.