Nadie podrá negar la riqueza y variedad de estilos y época de las insignias marianas rocieras, “los Simpecados”. El Simpecado, para todo rociero perteneciente a cualquiera de las Hermandades, es la máxima representación de su corporación.
El Simpecado está dedicado en exclusividad a la Virgen María, viene asociado con la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de María, siendo la Hermandad de El Silencio de Sevilla la primera en sacar una bandera donde se podía leer: Sine labe originale concepta , en 1617. La vexilología (disciplina que estudia las banderas, pendones y estandartes) nos deja claro de donde procede tal símbolo representativo de cada una de las hermandades rocieras.
Todas disponen de una pequeña imagen de la Virgen del Rocío ya sea en pintura , en relieve o de talla, junto a ciertas señales propias, como pueden ser el escudo de armas corporativo, el de la localidad, el de la sede canónica, y toda clase de elementos figurativos y decorativos que pueden tener relación con los modos de vida del municipio donde se radica o con múltiples facetas anejas y complementarias, y en todos los casos, sujetos al diseño, la maestría en las labores de bordado y el color o colores que hace propios cada una de las corporaciones. Sus formas son diversas, pero predomina la cuadrangular rematada abajo en dos triángulos rectángulos.
¿Cuándo comienza a utilizarse los Simpecados en la Romería del Rocío?
Partiendo de la base, la Romería dedicada a Ntra. Sra. Del Rocío data de 1653, desconocemos el proceso de celebración de estas primeras fiestas en que Almonte dedicaba a su Patrona.
En las actas capitulares del ayuntamiento de Almonte de 1676, se habla de que a la Romería, Almonte llevaba un guion, portandolo la justicia de esta villa y presidiendo con él, la Cruz de la parroquia. Parece ser que los Simpecados no llegaran al Rocío hasta el siglo XVIII.
A principios del siglo XVIII, el Rocío da un giro de 180 grados. La Romería pasó de ser una Romería local de Almonte a ser punto de peregrinación de los pueblos de la comarca. En estas fechas, la Romería estaba bajo el control de los clérigos, que venían sucediendo el cargo de Hermanos Mayores durante esta centuria en muchas partes de Andalucía. Sin duda, la llegada del primer Simpecado a la Romería provino de los tres principales protagonistas de la devoción en la primera mitad del setecientos. Hablamos de los clérigos almonteños: José Carlos Tello de Eslava, Pedro Ponce de Cabera y Pedro Barrera Abreu. Artífices de muchos cambios en la devoción, como la redacción de las reglas de la Hermandad Matriz de Almonte de 1758, los primeros Rosarios asociados a la Virgen, el incremento del patrimonio, como son los vestidos, las ráfagas de metal redonda, retablos, etc. Es una época clave, el Rocío era una de las Romerías más importante de la región, siempre favorecida por la casa Ducal de Medina Sidonia, con la concesión de la libertad de Alcabala (Impuestos sobre el Consumo) desde 1717. Se incentivaba y facilitaba las transacciones comerciales en aquel lugar durante los días de fiestas, cuya libertad se volvía a ampliar en 1746. La Romería que ya en 1715 se amplió a dos días, en 1747 pasaba a durar tres.
¿Llega por esas fechas el Simpecado antiguo de la Hermandad Matriz de Almonte?
Los historiadores han venido creyendo en esta última década que este Simpecado antiguo de Almonte data del Siglo XIX, pero realmente no es así. Se viene ejecutando su autoría a la monja del Convento de Dominicas de Almonte (Antiguo convento que se situaba detrás del ayuntamiento), Sor Mariana del Rocío, entonces hermana de la Camarista de la Virgen por aquellos años. Una rendición de cuentas presentada y aprobadas por el Vicario de Niebla y Almonte el 9 de octubre de 1823, afirma que entre 1813 y 1823, “…se ha hecho el extraordinario de un Sin Pecado que costo más de doce mil reales, y varias otras prendas de plata como la Cruz del Estandarte…”
Esto ha dado pie a que se crea que el simpecado viejo sea el mismo realizado por Sor Mariana del Rocío. Se apoya esta teoría por la imagen del atuendo de la estampa bordada del Simpecado, que enmarca la iconografía de la Virgen en el siglo XIX.
La sospecha de que Sor Mariana ejecutase el Simpecado, es porque también realizo el simpecado de Ntra. Sra. De las Mercedes de Bollullos par del Condado, de misma analogía estilística de la de Almonte, obra documentada de la referida bordadora, que fue ultimada entre 1814 – 1817. También realizo dos simpecado más, de distinta hechura y dibujo, para las Hermandades del Rosario de Bollullos y Almonte. A un se conserva los de Bollullos, el del Rosario de Almonte desapareció en 1936.
¿Realizó Sor Mariana el Simpecado antiguo del Rocío de Almonte? esta hipótesis cae por su propio peso cuando en 2009 apareció en el interior de la pieza la fecha de ejecución.
En la última restauración, efectuada en los talleres sevillanos de Santa Bárbara en 2009, se encontró inscrita en su interior la siguiente descripción “-data de 1724-“. Esto corrobora a que el Simpecado llega al Rocío en un momento de esplendor en la Romería. El simpecado almonteño se encuentra en un estado de degradación evidente, confeccionado originalmente en blanco, hoy muestra un color oscuro, en cambio, el de las Mercedes de Bollullos, su estado es favorable, observándose aun su primitivo color blanco. Son piezas ejecutadas en épocas diferentes.
La singular morfología del simpecado antiguo de la Hermandad Matriz, de progenie dieciochesca, responde al estilo barroco de comienzo de dicha centuria. Su perfil, ondulante tiene forma de orejillas, con abertura para cordón y línea de figura. La ejecución de tan hermosa pieza responde a una primorosa técnica. Presenta vistosos bordados en oro y seas de colores y abundante pedrería, distribuido en torno a un eje central de simetría. Dicha ornamentación se asienta sobre un argénteo tejido de fondo. Esta base es, en realidad, un bordado realizado de forma manual sobre bastidor, que engloba toda la superficie de la misma. Se constituye en su totalidad por material de fina plata de empedrado de hojilla, caracolín y canutillos, con puntadas de ladrillo. El resultado es, pues, deslumbrante.
El lenguaje ornamental se basa en estilizados motivos vegetales geométricos. De relieves planos. Tallos y flores de distinta naturaleza inundan el ejemplar de áureos y brillantes tonos. Entre el ornato merecen destacarse la sugestivas “ces” o medias lunas (también llamadas roscos o zarcillos) y la dinámicas cornucopias, de donde surgen amapolas, lirios y azucenas. Dichas flores aluden a la maternidad divina y a la pureza de la Virgen. Y, de igual modo, es digna de mención la representación de un pozo y una fuente a cada lado del Simpecado, alabanzas bíblicas asignadas a María. La primera es el Pateus aquarum viventium, “Pozo de agua viva” que se invoca en las letanías lauretanas (Cant. 4, 15). La segunda es símbolo mariano al identificar a la Madre de Dios como fuente viva de la gracia.
Las técnicas y puntos empleados en tan magnífica labor de bordado son cartulina, cetillo, ladrillo, puntita, media onda, milanés y hojilla- y de los materiales reseñamos hilo liso o muestra, torzal, caracolín, moteado, giraspe y canutillo mate y brillo. Todos ellos se realizan en oro de fino calibre. Además, la ornamentación se enriquece con mostacillas, espejuelos y numerosas lentejuelas en carrerita.
Tan esplendido ornato se concibe con objeto de resaltar el óvalo central de la Virgen del Rocío, enmarcado en un galón de canutillo bordado en oro con pedrería. La señora, en pie, sostiene al Niños en sus brazos. Luce su habitual indumentaria de Reina, ornada con los consabidos atributos apocalípticos; corona, media luna y ráfaga de rayos (AP. 12,1). Tan suntuosa indumentaria se realiza con bordados en oro, de refinada ejecución. Las delicadas carnaciones, hoy perdidas, se elaboran con hilos de colores de seda natural.
Los mismos materiales se usan en el escudo de armas de Almonte, dispuesto en el pedestal bordado en plata en el que se asienta el grupo materno filial. Tan singular óvalo se completa con la representación del cielo, en la zona superior; y de unas dinámicas nubes, en la inferior. Tanto uno como otro conjugan sabiamente una acertada gradación cromática, en oro y sedas de colores, con objeto de dotar a la escena de mayor sensación de relieve y pronfundidad. Su pormenorizada elaboración se ejecuta con la laboriosa técnica de moilanés. En la parte trasera, en lentejuela, se inscribe la siguiente leyenda: REGINA RORIS / (monograma coronado de MARIA) / ORA PRO NOBIS”.
¿Si el Simpecado es de 1724, porque aparece la Virgen con atuendo del siglo XIX?
La presencia de la estampa bordada hace que no cuadre con la realización y ejecución del resto de la pieza, ya que la Virgen ostenta las ráfagas de rayos, que datan sobre 1813, y, el vestido de la Virgen, regalado por los Duques de Montpensier a mediados del siglo XIX. Ya aparece este vestido en un inventario de 1884.
¿Fue incorporado la estampa bordada posteriormente a la realización del Simpecado?
La respuesta es sí. Analizando los detalles de la imagen bordada, nos dimos cuenta que el bordado es una copia fiel a la fotografía realizada sobre 1901 a la Virgen, por el fotógrafo Basilio Alcañiz. Tanto la fotografía como la estampa bordada muestran a la Virgen con mismo traje y orfebrería de plata. Las flores de la ráfagas, encaja en la misma posición y altura. Esta creencia viene a ser apoyada por una referencia publicada en 1916 en un artículo sobre la procesión de la Virgen por D. Julio González Medina, y dice así: “…por la puerta y verja plateada del famoso santuario, aparece el estandarte de raso esmeralda y oro, en rica asta con cruz de plata, de la Hermandad Matriz de Almonte…Principia la procesión. Siguen las insignias, Estandartes y Simpecados de las Hermandades de Huelva, Coria del Río, Umbrete… Y últimamente, el antiguo y valioso Simpecado de Almonte…”. Este dato importante nos desvela en primer lugar que el Simpecado viene últimamente utilizándose en los actos de la Romería, ya que parece ser que ha estado en desuso durante mucho tiempo. Continuando con las referencias de la época, en 1954, el Vizconde de la Palma del Condado, el Sr. D. Ignacio de Cepeda y Soldán, nos sacara de toda duda. En un artículo titulado “El Rocío y las bellas artes” de la Revista Romería del Rocío editado en Huelva, nos aclara que “…En otro orden deben citarse el simpecado de la Hermandad de Almonte, afeado por la estampa bordada que en época relativamente reciente le fue colocada…”
Parece ser que sobre la década de 1910, el Simpecado fue restaurado, retirándose la estampa pictórica que ostentaba, e incluyendo en su lugar una estampa bordada como indica el propio Ignacio de Cepeda. En 1914, la camarista de la Virgen del Rocío, Doña Ana Valladolid, regala un nuevo Simpecado a la Hermandad Matriz, quizás este hecho hace que se recupere el Simpecado viejo que se encontraba fuera de cultos.
Nos llama poderosamente la atención en el ovalo, el escudo antiguo de Almonte, documentado desde el siglo XVIII, hasta mediados del siglo XIX. Cuando se realiza el bordado del ovalo en la década de 1910, Almonte utilizaba en esos momentos otro escudo heráldico, que duro hasta 2001. El detalle de reproducir un escudo antiguo, nos hace pensar que se copiara de algún otro lugar pese a no estar vigente en esos momentos ¿tenía el Simpecado en su anterior ovalo ese mismo escudo?
¿Entonces qué Simpecado realizo Sor Mariana del Rocío entre los años 1813 y 1823?
El inventario del ajuar de la Virgen del Rocío realizado por el párroco almonteño, Don Ángel Márquez Parreño en 1884, desvela la existencia de dos Simpecados “…Un simpecado de tela tejida de plata con un bordado ancho de oro y cordones y borlas de lo mismo… Otro simpecado de terciopelo verde bordado de oro…”. Tenemos la presencia de dos Simpecados en el siglo XIX, si uno se hizo entre 1813 y 1823, ¿cuál es el otro? Evidentemente el de 1724, ya que la reseña de “… tela tejida de plata con un bordado ancho de oro y cordones y borlas de lo mismo…” corresponde al de 1724 ¿y cuál es el Simpecado verde? Se trata del Simpecado realizado por Sor Mariana del Rocío. En una publicación de 1922, se reseña que la corporación almonteña “… tenía uno de fondo verde en oro, que fue vendido…”. Desconocemos cuando se vendió, pero en una fotografía de un traslado de la Virgen a Almonte, fechado en 1919, aparece en la fotografía las abuelas almonteñas portando los enseres de la Virgen junto a más personas del pueblo, y de fondo, un simpecado que no se asemeja al de 1724 ni al regalado por Ana Valladolid. Podría tratarse del simpecado de Sor Mariana, ya que la forma y hechura es similar al del Rosario de Bollullos Par del Condado.
Con la recuperación del Simpecado viejo sobre la segunda década del siglo XX y el regalado por la Seña Anita en 1914, decidieron prescindir del Simpecado del siglo XIX y ponerlo a la venta. Desconocemos su paradero y a quien se vendió.
La cruz de plata del estandarte que se cita en 1823, pudo adquirirse para ser colocado con este nuevo Simpecado verde, y se retirara para ser colocado en el recién recuperado Simpecado viejo a principios del siglo XX.
Durante estas tres centurias, el simpecado viejo de la Hermandad Matriz ha sido objeto de varias intervenciones y restauraciones. Entre ellas perece especial mención la efectuada por Bordados Santa Bárbara entre 2007 y 2009. Su estado de conservación era evidente deterioro: puntadas perdidas y sueltas, desprendimiento de materiales en oro y plata, oxidación de materiales, oscurecimiento de hilos, pérdidas de elementos ornamentales de pedrerías, bordados superpuestos de torpe ejecución, etc. El citado obrador se limitó a elaborar una tarea de sujeción de “hilos sueltos y rotos, así como realizar una somera limpieza de los bordados”.
Incluyeron también un sogueado cordón de pasamanería, adquirido en Casa Rodríguez de Sevilla, cuyos cabos rematan en sendos borlones simples de flecadura dorada, a juego con los que penden de las puntas del estandarte.
La vara portainsignea, de mediados del ochocientos, fue restaurada por el taller sevillano de Orfebrería Delgado López. Tan conocido obrador arregló, pulió y baño de plata el mástil. Haciendo un repaso general de las soldaduras del mismo. Además. Realizo una estructura interior para el simpecado, en aluminio, con refuerzos de latón y sus respectivas cogidas ambos trabajos tuvieron un coste de 800 euros.
Esta vara del Simpecado, junto a otros cuatro varales de las andas de la Virgen, andas realizada en la segunda década del XIX, fue regalo de los Serenísimos Señores Duques de Montpensier, en abril de 1852. Así consta en el inventario referido anteriormente de 1884: “…Treinta y cinco cañones de plata para las otras cuatro varas del palio y de la vara del Estandarte los que han sido regalado de los Serenísimos Señores duques de Montpensier, su peso cincuenta y tres gramos cada cañón…”
Desde 2009, el Simpecado viejo de Almonte esta fuera de cultos. Forma parte del nuevo museo del Santuario del Rocío, que sin duda es un tesoro meritorio de ser guardado para la eternidad. En cambio, durante 2007 y 2009, los talleres de Bordados de Santa Bárbara de Sevilla, hizo un replica de dicho Simpecado, quien oficia en la actualidad los cultos de la Romería del Rocío.
FUENTES DOCUMENTALES.
– Documentación particular.
– (AMA) Actas Capitulares de Almonte
– Simpecados del Rocío: Speculum Reginae Roris. Vol 2. Sevilla, 2012.
– Testimonios históricos de la devoción de los almonteños a la Madre de Dios. Devociones, imágenes, ritos y cofradías marianas de Almonte. Huelva, 2006.
– Revista Exvoto (Hermandad Matriz de Almonte) Nº 2. Sevilla, 2013.
– Revista Exvoto (Hermandad Matriz de Almonte) Nº 3. Sevilla, 2014.
– Revista Rocío (Hermandad Matriz de Almonte) Nº 23. Sevilla, 1958.
– El Rocío, Patrimonio de la Humanidad. Cuadernos de Almonte, Nº 47. Huelva, 2000.
– El escudo heráldico de la Villa de Almonte. Cuadernos de Almonte, Nº 62. Huelva, 2001.
– Sevillapedia.com