Cansados pero contentos. En las retinas y en el corazón quedan los momentos vividos. La mutitudinaria despedida de la capital, el duro camino por las arenas, los días de alegría y oración en la aldea, la presentación ante la Virgen del Rocío, las más de diez horas de procesión de la Señora, los instantes inolvidables en que la Blanca Paloma se detiene frente a ellos. Todo quedó atrás, pero todo se quedará también en el recuerdo. Las hermandades de Emigrantes y Huelva ya están en casa y la ciudad salió a recibirlas y volvió a quedar impregnada de ese sentimiento rociero que no acaba con el fin de la romería.
Lejos quedó ya la aldea almonteña, desde el martes, Huelva y Emigrantes han venido desandando sus pasos con la fuerza que dan la convivencia, la fiesta, las plegarias, los cantes, el vino y las guitarras, pero sobre todo, la emoción y el amor que sólo la Virgen del Rocío es capaz de inspirar.
Recorrido
A media tarde, las filiales ya veían a los lejos la Punta del Sebo, la ría marca su senda, en la Comandancia de Marina, los hermanos mayores de 2009, Juan Manuel Garrido y Julián Pérez, felices por la falta de incidencias y por una de las experiencias más grandes de sus vidas, entregan la vara de mando a los que el próximo año se encargarán de guiar los simpecados hasta la aldea de El Rocío, donde todo volverá a empezar.
Siempre son tristes las despedidas, siempre es triste que acabe lo más esperado, pero es menos doloroso si el ritual nos aguarda el próximo año y los meses de espera se llenan de preparativos y vivencias.
Vivencias como la del regreso, más triste el de Emigrantes, con su presidente enfermo, más festivo el de Huelva, que no ha sufrido ningún contratiempo.
Antes de las ocho de la tarde, ya pasa la Concha Peregrina de la Hermandad de Emigrantes por el Ayuntamiento de Huelva, la ciudad se vuelca con los rocieros, que con los rostros marcados por el cansancio siguen dejando ecos de Rocío al enfilar el Paseo de la Independencia, Ruiz de Alda, Santiago Apóstol, Lucena del Puerto y el Paseo de la Glorieta hasta llegar a su casa hermandad. Acabó el Rocío de 2009, pero ya se intuye el de 2010.
Pasadas las ocho y media es la Hermandad de Huelva la que llega a la Casa Consistorial, la impresionante caballería abre la comitiva, se detiene el Simpecado, recibe los vítores de su ciudad y continúa su camino hacia la Alameda Sundheim y la Avenida Federico, hasta llegar, ya entre dos luces, a su destino. Hasta el año que viene. La Virgen del Rocío aguarda.
Los caminos se quedan hoy vacíos
Otras 32 hermandades culminaron ayer su Rocío haciendo entrada en sus localidades de origen, mientras que otras 23 terminarán el camino de vuelta hoy, entre ellas las tres onubenses que faltan, Punta Umbría, Isla Cristina y Ayamonte. Con ellas finalizará el Plan Romero 2009, el operativo encargado de velar por el buen transcurrir de la romería de Pentecostés coordinado por la Consejería de Gobernación con la participación de más de 6.000 efectivos de todas las administraciones.
La normalidad fue la nota dominante en la jornada de ayer, con la excepción de la caída esta de una niña de nueve meses en Villamanrique de la Condesa desde un charret. La menor, que acompañaba con sus padres a la hermandad de Triana, está herida leve y recibió asistencia en el mismo Puesto de Mando Avanzado de Villamanrique, sin que precisase traslado a un centro sanitario.
Rosa de la Peña