La hermandad del Rocío de Jerez cerró la romería de este año llegando a la ciudad nueve días después de salir el miércoles camino de la aldea en su peregrinación anual. Fue un regreso que desde por la mañana ya venía marcado por la sensación de que todo estaba terminando, más aún cuando tras la última misa, la hermandad dejaba Doñana y pisaba de nuevo las arenas de Bajo de Guía. Mirada que se echaban atrás llenas de nostalgia de un Rocío que empezaba a decir adiós y un hasta el año próximo. Pero al mismo tiempo, con las ganas de reencontrarse con la ciudad y con la gente que esperó a la comitiva desde su entrada hasta que el Simpecado entró de nuevo en Santo Domingo.