Somos navarros y el año pasado nuestros amigos Miguel y Carmen nos llevaron al Rocio. No se puede transmitir un amor y una pasión tan grande por la Virgen del Rocio si no lo ves y lo vives allí mismo, viendo la devoción con la que todo el mundo mira a la Blanca Paloma. Es grandioso. Por ello doy las gracias a nuestros amigos y esperamos poder volver más años junto con ellos.