Bueno, pues toca hoy escribir nuevamente de la Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío, del Santuario donde mora la venerada imagen y de las nuevas capillas de ese Santuario que la primera desea que bendiga e inaugure Su Santidad el Papa el año 2011, aunque hoy lo hago concretamente de una de esas capillas, la del Sagrario, porque aparte su especifidad sacramental, será igualmente, cuando esté finalizada, una auténtica joya artística, pues la estancia llevará, como elementos enriquecedores, unos murales que definitivamente hará —el 30 de abril adelanté que trabajaba en los bocetos— José Antonio García Ruiz, pintor sevillano y de Triana, catedrático de Pintura Mural, académico e iniciador del realismo mágico sevillano, según definición que de su pintura hizo en su momento un crítico de Madrid. Dichos murales serán dos paños de seis por tres metros a cada lado de la capilla; en el de la derecha, según se mira entrando en ella, irá un trabajo dedicado a la Adoración de la Eucaristía, con cuatro ángeles, dos de ellos de mayor tamaño que los otros, y, con un horizonte de agua con plantas acuáticas por la parte de abajo, un altar entronizado en las marismas, con el añadido de una ofrenda floral a dicha Eucaristía, que estará en el centro y sobre una rosa de los vientos. Y en cuanto al paño de la izquierda, estará dedicado a la llegada de la Luz de Pentecostés, repitiéndose en él el horizonte de agua, dentro del cual irá el templo, plantas y cuatro ángeles que portan las Llamas de Pentecostés. Y ni que decir tiene la ilusión que el amigo José Antonio tiene depositada en esta magna obra, de la que me decía que es la que él ha esperado durante toda su vida de artista, y en la que cree que tendrá que trabajar, haciéndolo de forma intensa, aproximadamente dos años; porque hay que aclarar, para quienes no lo sepan, que la pintura de García Ruiz no es de las de tirar sobre la pared la pintura con una manguera, sino laboriosa y detallista: realista y mágica a la vez, vaya. Y lo de joya artística que decía al principio de esta capilla Sacramental, es también porque aparte de estos murales, en ella irá igualmente, una vez restaurado, el retablo que atribuido a Cayetano d´Acosta estuvo en la Ermita que se bendijo en 1760 y después fue sometida a importantes reformas en 1915, que no fue la primera, pues la primitiva la erigió Alfonso X El Sabio hacia 1295 o 1300 (como verán, el Rocío no es de ayer ni anteayer) y desapareció prácticamente entera en 1755 a consecuencia del terrible terremoto de Lisboa.