El sábado que viene pondrán rumbo a Almonte, pero ayer hicieron un ensayo general en Badajoz. Unas 300 personas y cuatro carretas se unieron a la ruta simbólica organizada por la Hermandad pacense de la Virgen del Rocío que partió de la iglesia de San Agustín y terminó en el cuartel de Sancha Brava. Para ellos supuso el punto de partida del camino hacia la aldea rociera.
Fue una jornada especialmente emotiva puesto que hacía 12 años que no se celebraba esta actividad. «Hemos superado las expectativas de participantes, estamos muy contentos», comentaba Antonio María Espino Mirón, alcalde de Carretas Conjunto. «Vamos a intentar que se repita todos los años», añadía.
Los rocieros pacenses, ataviados ellos con traje corto y ellas con traje de flamenca, desayunaron en la puerta de la iglesia de San Agustín y visitaron posteriormente la ermita de la Soledad para hacerle la ofrenda floral a la patrona.
Después emprendieron la peregrinación hacia Sancha Brava inundando las calles de Badajoz de espíritu rociero. Sobre las dos menos diez de la tarde, cumpliendo horario, llegaron a su destino, donde continuó la jornada de convivencia.
El próximo sábado, la Hermandad se volverá a reunir, esta vez, para marchar a la aldea almonteña.