Un año más y cumpliendo con la tradición, la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Bruselas realizó su peregrinación extraordinaria de Navidad el 27 de diciembre pasado.
Para algunos la peregrinación comenzó ya el día anterior, con la llegada a la Aldea y la pernocta en la casa de Plaza Menor donde hemos vivido tantas peregrinaciones de nuestra querida Hermandad. Fue la alegría de volver a ver a los hermanos a los que hace tiempo no se ve, amigos que atesoran los recuerdos de cada convivencia y cada acto en los que participan juntos.
El 27 de diciembre amaneció soleado y cálido, un día precioso para acompañar a los hermanos de Bruselas y a todos sus simpatizantes en su procesión por la Aldea hasta llegar a la Ermita. Piteros, flores, banderines, Junta de Gobierno, Simpecado y peregrinos, todos caminando al encuentro de la Hermandad de Bruselas con Ella. Y a las 12 del mediodía, el esperado encuentro, la Santa Misa.
La solemne Misa de Peregrinación, oficiada por el P. José Manuel Barral, fue alimento para el espíritu, una renovación de nuestro sentir rociero ante la Blanca Paloma, nuestra Madre, que también lo es del Divino Pastorcito que nació en Navidad. La Misa también nos recordó el papel tan singular que tiene la Hermandad de Bruselas de extender la devoción a la Virgen del Rocío por Europa, ese continente secularizado pero profundamente religioso a la vez.
Llenos de felicidad por haber podido decirle nuevamente “Madre, aquí estoy”, los peregrinos volvieron a la casa de Hermandad para una animada convivencia. Mucha gente dentro y fuera de la casa, tapas, un guiso estupendo, buenos vinos y mejor cante y baile hicieron de esta peregrinación de Navidad algo extraordinario para recordar hasta la próxima.
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Cronica escrita por nuestra Hermana Mayor, Carmen Falkenberg-Ambrosio