Una vez finalizado el Rosario Vespertino de Nuestro Glorioso y Bendito Simpecado por las calles de la ciudad, sólo nos queda agradecer a todos los hermanos que nos han acompañado, al grupo joven por su colaboración, al Coro de Hermandad, al grupo Tablao, y a la parroquia de San Juan y todos los Santos por abrirnos las puertas de su casa. Una vez más Córdoba ha sido Rocío y el Rocío se ha hecho Córdoba.