Día triste para toda la familia de la Real Hermandad de Emigrantes que ha perdido en la jornada de hoy al que fuera hermano y fundador de nuestra hermandad, Juan Gil Zamora, después de una larga enfermedad y a la edad de 87 años, y que ya se encuentra en la compañía de Nuestra Madre del Rocío en las marismas celestiales.
El presidente de la hermandad de Emigrantes, Inocencio Forcén, a quien le unía una gran amistad desde hace muchos años, ha señalado “el gran compromiso que Juan Gil Zamora siempre ha tenido con la sociedad y con su hermandad”. Mencionar también el trabajo realizado como presidente de la Protectora de Animales y Plantas de Huelva. Asimismo, ha manifestado que “la Hermandad de Emigrantes tiene una deuda con él y que espera poder realizarle el gran homenaje que su figura merece, ya que la actual situación sanitaria impide que su gran familia de Emigrantes pueda tributarle la despedida que por méritos propios merecía”.
Así recordaba, el presidente de la hermandad, el tremendo trabajo que realizó desde muy joven en Cáritas Diocesana, las Juventudes Obreras Católicas, la fundación de la casa de España en la ciudad alemana de Bocholt, el club hispano-alemán, la creación de la guarderías infantiles ‘Chorrito Alto’ y ‘Blanca Paloma’, o su trabajo en la consecución de viviendas subvencionadas y de protección oficial en la década de los 70. Hechos todos que le valieron que en 2016 el Ayuntamiento de Huelva le concediera la medalla de la ciudad.
Desde la junta de gobierno de la Hermandad de Emigrantes se ruega a todos sus hermanos y devotos que eleven una oración por el eterno descanso del alma de nuestro hermano y fundador, Juan Gil Zamora. El sepelio tendrá lugar mañana en la más estricta intimidad, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Gil Zamora y el nacimiento de Emigrantes en Bocholt
En los años 60 España vivía una época de atraso sobretodo en industria, debido a la política del régimen basada en la autarquía. Nuestra ciudad vivía económicamente de la pesca y contaba con unas condiciones laborales muy desfavorables. Fue el caso en el que a Juan Gil Zamora le ofrecieron un puesto de trabajo en las minas alemanas de Repelen en Düsseldorf (Alemania), dejó su vida atrás por el futuro de su familia. Una vez en Alemania se instaló en unas viviendas junto al resto de los trabajadores que la propia empresa ‘Messing’ dedicada al textil.
Estableció una amistad con los alemanes nativos los cuales sentían curiosidad por la cultura y tradiciones españolas. Allí contactó con la Sra. Merval encargada del trato con los trabajadores de la empresa la cual le comentó la necesidad de trabajadores en las fábricas del pueblo de Bocholt. En uno de sus viajes de vuelta a tierras onubenses formó una expedición de españoles onubenses que necesitaban unas condiciones laborales más favorables para ellos y sus familias. A la hora del viaje hacia el pueblo alemán fue lo más difícil, ya que el régimen no contemplaba la posibilidad de que los españoles emigrasen a otros países de Europa. A la hora del control de aduanas, era un día lluvioso y los guardias de la frontera con Francia no revisaron el vehículo en el que viajaban. El propio Juan Gil Zamora dijo que “la Santísima Virgen del Rocío les había protegido y que seguiría velando por ellos el resto del viaje”.
Una vez en tierras alemanas, la Sra. Merval dispuso todo para el alojamiento de los emigrantes en el antiguo hotel Langenhoff frente del ayuntamiento de la ciudad de Bocholt. Día tras día los españoles, los nativos y el resto de los emigrantes de otras nacionalidades disfrutaron de la compañía de los nuevos trabajadores. La Sra. Merval y Juan Gil Zamora dispusieron todo para que pareciese una casa española y contemplaron la posibilidad de fundar la primera Casa de España en Bocholt. Estos establecimientos fueron creados para el alojamiento de españoles en tierras extranjeras. Estas se encontraban distribuidas por toda Europa.
Como era costumbre, existía la necesidad de la elección de una advocación de la Virgen María como Patrona y protectora de los españoles. Se llevó a cabo una asamblea presidida por el párroco de la Iglesia de los Capuchinos, la Sra. Merval y Juan Gil Zamora. Tenían pocas esperanzas en que saliese elegido un nombre andaluz; sin embargo, por un 66% de los votos la Virgen del Rocío había sido elegida como protectora de la asociación y se decretó finalmente su nombre: ‘Club Hispano-Alemán Virgen del Rocío’.
Esta es la grandeza de la Virgen del Rocío, cómo una su decisión de dejar su vida atrás por unas condiciones de vida más favorables pudieron cambiar la vida de tantas personas y finalmente fundar una hermandad rociera que difundiese la fe a María Santísima del Rocío a aquellos que no tienen la posibilidad de estar frente a ella.
Huelva, 19 de mayo de 2020