El Simpecado que tenemos actualmente al culto en nuestra capilla, fue realizado por las RR.MM. Adoratrices de nuestra capital en 1964, por encargo y donación del hermano mayor de aquel año, Manuel Garrido Garrido.
Días antes de la Romería se produjo su bendición. Para ello, el Simpecado se trasladó desde la casa hermandad de la calle Gravina amenizado por los sones musicales del mítico tamborilero de la hermandad, “El Pollo”, y acompañado de numerosos niños, niñas, mocitas y hermanos con sus varas de la hermandad, resultando un acto muy brillante y concurridísimo. Tal como cuenta el diario Odiel (10 de mayo de 1964) “al reflejarse los rayos solares en el oro puro del bordado del Simpecado, éste simulaba un ascua de luz que circundaba graciosamente la pequeña efigie de la Virgen”.
Al llegar a la Catedral de La Merced, le esperaba el primer obispo de Huelva, don Pedro Cantero Cuadrado que estaba asistido por los canónigos del cabildo catedral. Durante la plática de bendición, el señor obispo destacó que “pasaremos nosotros, pero que para las generaciones venideras quedaría este Simpecado como herencia espiritual de nuestros fervores marianos hacia la Blanca Paloma”. Ahora, curiosamente y debido al proceso de conservación al que actualmente se encuentra sometido el Simpecado de 1939, tal como indicó el obispo Cantero, tras el paso de algunas generaciones, este Simpecado vuelve a recibir los rezos y peticiones de sus hermanos. Recordando que pasarán las personas y el periodo histórico de aquel momento pero siempre quedará la figura de la Virgen hacia la que dirigir con fervor, el centro de nuestras miradas y rezos, sin necesidad de desviar nuestra atención a otros elementos externos.
Tras el acto de bendición y posterior misa, el Simpecado quedó entronizado durante unos días en el altar mayor de la Catedral, a la espera de su pronta salida hacia la aldea almonteña.
Dicha pieza artística está bordada en oro sobre terciopelo verde. Preside el mismo un óvalo central con la talla de la Virgen del Rocío con sus atributos de reina, de la que se desconoce su autor. A sus pies, se sitúa el escudo nacional de la época. Lo más característico de este Simpecado es la utilización de bordados en forma de palmas de acanto, contorneando la silueta del estandarte a modo de cenefa. También podemos encontrar el uso de ramas de olivo y azucenas, simbolizando la paz y la pureza de María. Su decoración se enriquece con una gama de pedrería de diferentes colores. Fue restaurado en 2004 por el bordador onubense Rafael Infante.
Este Simpecado se utilizó durante 16 años, es decir, hasta 1980, año del centenario de la fundación de la Hermandad, cuando se decide restaurar el antiguo Simpecado de 1939 y disponerlo al culto, hecho que dura hasta nuestros días. No obstante, el Simpecado de 1964 se ha estado utilizando en algunas convivencias de la hermandad, sustituye al actual cuando es preciso y normalmente se encuentra expuesto en la sala de patrimonio de nuestra casa Hermandad.
Como anécdota debemos indicar que la felicidad del estreno de este Simpecado, se vió truncada en la romería por las ingratas consecuencias que acarreó la decisión de la hermandad al partir el camino en dos jornadas y hacer noche, por primera vez en Rociana.
FOTOGRAFÍAS: Juan Canterla, archivo de la Hermandad y Foto Rodri. En ella aparecen el obispo de Huelva, Cantero Cuadrado junto al obispo García Lahiguera (entonces obispo auxiliar de Madrid) en el día de salida del Simpecado hacia El Rocío.