Todos los años, cuando se acerca la fecha en que celebraremos, una vez más, el Nacimiento del Pastorcito Divino, la Fervorosa e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Isla Cristina celebró su Cena de Navidad en la que se aprovecha para homenajear, públicamente, a un hermano que haya destacado como tal, recayendo este año en el querido peregrino Carmelo Fernández Faneca. Peregrino, como bien dijo el Presidente de la Hermandad, Pedro Jesús Álvarez Rodríguez, que ya tiene su santo y seña en ese «ladito» de la Carreta del Simpecado velando por él a todas horas en ese largo caminar que nos lleva desde Isla Cristina al Rocío y que Carmelo ha sabido transmitir a todos los que han venido después. Porque, sin duda alguna, la semilla del caminante la ha puesto Carmelo Fernández Faneca en la Hermandad de Isla Cristina y esa semilla, poquito a poco, ha ido germinando hasta llegar, como después dijo Carmelo, en más de cincuenta hermanos que quieren transmitir ese amor incondicional a la Reina de las Marismas y al Pastorcito Divino caminando por esas arenas.
Y, cómo no, una vez más, el Ayuntamiento de Isla Cristina se unió a este merecido homenaje, estando presente durante toda la noche, la Alcaldesa de nuestro pueblo Antonia Grao Faneca quien refrendó las palabras del Presidente y también destacó de Carmelo la labor que realiza en otros menesteres como en la Hermandad del Gran Poder, Asociación El Dragón, etc., entregándole posteriormente un cuadro en el que manifestaba la adhesión del pueblo isleño a ese homenaje y haciendo entrega de un ramo de flores a la esposa de Carmelo, a Puri que manifestó su emoción y agradecimiento durante todo el acto.
También, las «Peregrinas de Enero» quisieron unirse al homenaje y entregaron a Carmelo un cuadro en el que destacaba una hermosa réplica del Simpecado y que con palabras reflejaban los sentimientos que les une cuando hacen el camino junto a él.
En definitiva, una noche llena de emociones, de «ratito de convivencia» en la que muchos hermanos no quisieron perderse este merecidísimo homenaje a este gran hermano y rociero como es Carmelo Fernández Faneca y que, muy emocionado, agradeció todos los detalles que con él se habían tenido dejando de manifiesto, una vez más, su sencillez y su amor incondicional por la Madre de Dios y el Pastorcito Divino y acabando con unos vivas que inundaron el corazón de todos los presentes.
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