Siempre que se anuncia que nuestro querido Manolo Correa viene a nuestra Casa Hermandad a cantarle a nuestro Simpecado, la expectación que se forma en la Plaza de San Francisco es enorme. Y no sólo por lo querido que es, sino porque siempre Manolo escoge con mucho cuidado y cariño los temas que va a interpretar y eso lo sabe todo el mundo.
Así, acompañado de su guitarra, Manolo interpretó una emocionada Salve escrita por él que hizo romper en una fuerte ovación a toda la plaza, siguiendo, después, con un grupo de sevillanas que, aunque no suyas, si fueron escogidas con mucho cariño y que sin duda, manifiestan el amor hacia la Madre de todos los rocieros.
Y después continuó con una rumba en la que se recogían los sentimientos que brotan del corazón de los rocieros por los momentos vividos con la Señora en la Romería.
Pero siempre que Manolo viene a Isla Cristina, a la Hermandad a cantar la Salve, trae consigo unas nuevas sevillanas inéditas para estrenarlas esa noche. ¡Y rompió! ¡Vaya que si rompió al nombrar primero la hermosura de la Plaza de San Francisco en estas noches de verano, pero llevando por bandera a la Virgen María en las advocaciones de Rocío, Carmen y Rosario!
En definitiva, una vez más Manolo Correa rompió con su voz y su corazón el silencio de toda la Plaza.