Acompañada a la guitarra por José Antonio Monclova y al cajón por Pepito, Mariví comenzó a entonar la Salve de Los Romeros de La Puebla inundando cada rincón de la plazoleta con esa impresionante voz que tiene y con ese profundo sentimiento que la desborda cuando se coloca delante del Simpecado de la Virgen del Rocío. Porque rociera es por los cuatro costados, y es tan grande el amor que siente por la Madre de los rocieros que, a cada sevillana que iba interpretando, más rompía el silencio de la noche con cada oración que le dedicaba.
Una noche más, se vivió esa unión de todos los hermanos ante la Blanca Paloma gracias a Mariví Sánchez.