Ayer día 8/05/06 fallecio D. Fernando Gallardo Carpio, capellan de la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Jaén.
«UN RECUERDO PA’L CAMINO
Tenía que ser en Mayo, no había otra fecha, para que fueses a Su lado.
La ilusión por ese mes, los preparativos, la “CHALAURA” de los que año tras año contigo a la cabeza tomábamos ese camino hacia nuestro JORDAN particular, unos años pasando calor, que tu intentabas paliar con tu famosa e inseparable GORRA-VENTILADOR a la que tanto cariño tenias.
Otros aguantando la lluvia, que persistía a veces en algunas noches como intentando poner a prueba el tesón de los que todo lo dejan para ir a Su encuentro.
Este año si, éste año estarás en primera fila como era tu deseo, será especial para todos, porque desde allí arriba nos vas a guiar y estarás también, pero con mas fuerza, la que da el cariño en el recuerdo.
Te añoraremos, recordando tus entrañables charlas al fresco de la mañana y el calor del mediodía.
El Ángelus antes de entrar en la Raya en silencio y con muchas lagrimas furtivas que los que te hemos conocido no podremos evitar.
Tu Rosario, la Misa de Palacio, son tantas cosas que quedan en nuestro corazón para siempre, gracias a tu sencillez a tu natural cariño hacia el que te dirigía la palabra.
Tenemos que agradecerte los ánimos que año tras año nos diste para llegar hasta donde hoy estamos.
No quisiéramos en este recuerdo entrañable ofender a nadie, pero eras EL CURA con mayúscula, el que nos enseño a rezar con alegría, sin que ello fuese falta de respeto.
Nos enseñaste la forma de hablar a la Virgen con confianza, como a nuestra Madre.
Este año en Palacio, te buscaremos en una de las muchas estrellas que allí asoman a la Misa, seguro que estas en una, viendo como estamos de cansados y a la vez de animados porque queda poco para llegar a la meta un año mas.
Estarás allí para decir como siempre, venga queda poco, no importa las dificultades del camino, ni los malos ratos que “PALOS CON GUSTO SABEN ALMENDRAS”.
Gracias D. Fernando, pide a la Sra. que nos siga protegiendo y dando fuerzas para superar como tu el Camino hasta llegar a la Marisma del Cielo.
Tus peregrinos de La Carolina.»