Numerosos moguereños acudieron al acto de inauguración del espectacular monumento que la Hermandad Filial del Rocío de Moguer ha levantado en el paraje de Pino Gordo para rendir homenaje a todos aquellos rocieros que durante siglos han pernoctado en este hermoso espacio natural en su peregrinación anual hasta la aldea almonteña. El monolito que preside este enclave, que se convierte así en símbolo de unión de un pueblo que viene surcando las arenas de su Camino desde el siglo XVII, se completa con bellos azulejos de cerámica artística, elaborados por el reconocido diseñador Carmelo del Toro. En ellos se representan escenas relacionados con la filial moguereña, como el nombre y la silueta de la medalla de la hermandad, o una alegoría a la emocionante noche que desde hace siglos pasan los peregrinos en este paraje natural, según señala el Ayuntamiento en un comunicado.
Para poner en marcha este proyecto, la Hermandad ha contado con la decisiva colaboración de la Empresa Municipal Emvisur, que ha aportado mano de obra y materiales, así como de varias empresas locales que han colaborado también generosamente con esta iniciativa, como Riegos Onuba o los Hermanos Pérez Camacho, destacando asimismo la aportación de los hermanos Cadena Ledesma y de los mayordomos de 2011, Francisco Barrera y Encarna Cordero, que han sufragado los gastos de los azulejos colocados en el monolito.
El párroco José Manuel Raposo inauguró el nuevo monumento junto a la directiva de filial y a los mayordomos, interviniendo posteriormente el alcalde, Juan José Volante. El coro de la Hermandad del Rocío de Moguer puso la nota musical a una velada que se prolongó hasta altas horas de la tarde, y en la que la junta directiva invitó a los asistentes a una paella.