Muchos abrazos y sobre todo arte y baile por sevillanas se vivió en el hotel Trip Rey Pelayo. La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Gijón celebró su triduo y eso siempre es motivo de alegría, despliegue de trajes de volantes, claveles en el pelo, fiesta y rebujito, mucho rebujito.
Antes del folclore hubo solemnidad, recogimiento y buenas palabras. Este año el pregonero encargado de intervenir en la misa celebrada en la iglesia de San Nicolás de Bari fue el diseñador de moda flamenca Pedro Palacios, que rápidamente se ha convertido en hermano del grupo gijonés.
Bajo la atenta mirada de Fernando Fueyo, párroco del templo del Coto y Luis López, padre espiritual de los hermanos gijoneses, el diseñador madrileño emocionó a los presentes que acompañaron sus palabras con cánticos rocieros, interpretados por el coro de la hermandad, que dirige Paqui Martín.