Amanecía el sábado 11 de Mayo muy soleado, con cierto calor, demasiado para ser una hora tan temprana. Algo bueno se auguraba para este día. Con sones de cohetes reventando en el cielo de Osuna se despertaba el pueblo de la Villa Ducal, se despertaba el pueblo que posee el titulo de filial número 78 de la Hermandad Matriz del Rocío de Almonte, la cual se ponía en marcha este citado día.
Eran las 9:30 h., cuando en los cantillos del Carmen se celebraba la Misa de Romeros de la Hermandad del Rocío, que celebraba en este 2013 su veinticinco aniversario fundacional como Hermandad canónica por la Archidiócesis de Sevilla. Un aniversario que le ha sido reconocido en La Puebla de Cazalla, Marchena, Los Molares, Utrera, Villamanrique y hasta en la misma Aldea del Rocío por la Hermandad Matriz del Rocío.
Al término de la Santa Eucaristía presidida y predicada por el inseparable carmelita de la Hermandad, Fray Manuel Jurado Perea, esperaba la carreta del Simpecado para su posterior entronización, exornada por Statics en tonos morados, lila y blancos y margaritas blancas. Una Eucaristía que estuvo amenizada por el Coro Ahava y un grupo de tamborileros de la Pastora de Cantillana, los cuáles fueron reconocidos durante la Misa.
Cuando se emprendía el camino, se podía ver el cielo de la calle Sevilla exornada con flores de papel con los colores de la Hermandad y con una alfombra de romero en el suelo, además de varias colgaduras en balcones y fachadas, además de un muchísimas personas, las cuales no se recordaba tan masa de personas desde los tiempos de fundación de la misma. Todas ellas acompañaban en todo momento a la Carreta y a la Hermandad, así como las Hermandades de Santo Domingo y La Victoria y el Ilustre Ayto. de Osuna, quienes se despedían de la Hermandad.
Una vez llegados a Las Vegas y rezado el Ángelus, se emprendía el camino para las marismas del Rocío. Un camino que tenía su primera parada en la incondicional Puebla de Cazalla, quien año tras año se vuelca enormemente con ésta Hermandad, engalanando todas sus calles, recibiendo a la Hermandad y acogiendo a sus hermanos como si unos vecinos más fuesen.
Flores de papel, romero en el suelo, macetas en las puertas, cuadros de la Virgen, todo cuanto fuese necesario para recibir el Simpecado de la Virgen del Rocío.
Tras La Puebla de Cazalla, el lunes por la noche llegábamos al pueblo de Los Molares, quienes al día siguiente por la mañana nos reciben como si también fuésemos suyos, recibiendo también de igual manera a la Hermandad del Rocío de Morón de la Fra.
Una vez cruzado el hermoso pueblo de Los Molares emprendemos el camino hacía Utrera, para un año más, visitar al Santuario de la Virgen de Consolación, no siendo recibidos por segundo año consecutivo por esta Hermandad.
El frío y la lluvia comenzaban a hacer acto de presencia, el primero más que el segundo, llegando en ocasiones a tener los chaquetones y los ponchos en todo momento echados por encima.
Todo seguía su natural transcurso hasta llegar al miércoles en Coria del Río, donde un año más cruzamos el río Guadalquivir en la barcaza, estando este año el oleaje muy calmado en comparación con otros años, a pesar del aire tan fuerte que fuera del río hacía. Una vez recibidos por este fenomenal pueblo con los brazos abiertos al son de “Que viene Osuna, que viene Osuna”, visitamos a su Patrona, la Virgen de la Estrella, rezando una Salve por todos los que no este año no han asistido al camino con nosotros.
Tras el jueves de camino, donde la cobertura desaparecía, donde la comunicación por redes era prácticamente imposible y la Hermandad se hacía cada vez más Hermandad, llegó la noche y las peores predicciones se hacían realidad, cayendo más agua y haciendo cada vez más frío.
El viernes por la mañana cruzábamos el río Guadiamar a su paso por el Vado del Quema, del pueblo de Aznalzcázar, entrando sobre las 10:00 h., junto con nuestra madrina Écija, Simpecado junto a Simpecado, sintiéndonos ambas Hermandades orgullosos de quienes llevábamos a nuestro lado.
Continuábamos nuestro camino. Un camino del viernes que recuperábamos tras más de 15 años, entrando en el pueblo rociero de Villamanrique. Una entrada que si detallamos el recibimiento y la alegría nuestra es digna de recordar, si recordamos la meteorología, es digna de olvidar. Una inmensa tromba de agua donde no se podía ver a más de 10 metros por la cantidad de agua que caía, nos bañaba justo cuando encaramos a la Parroquia del pueblo, lugar de paso de tantas y tantas Hermandades rocieras. Una tromba de agua que pilló desde el más jóven de la Hermandad, hasta el más anciano, pasando por nuestro capellán, el hermano mayor y hasta la alcaldesa de Villamanrique que permaneció intacta durante todo el tiempo que se cantaba la Salve.
Una vez amainada el agua, el frío comenzó a aparecer aún más, llegando a alcanzar, según algún que otro termómetro de los coches los 2 grados de temperatura.
En esta noche se realizó una puesta nueva de flores, una puesta en la que podríamos ver las jarras y jardineras en tono naranjas, quedando espectacular la carreta, con margaritas entre otras flores en ese mismo tono.
Muy madrugadora fue la mañana del sábado, las 5:30 h., marcaba el reloj cuando a sones de cohetes, como todas las mañanas, nos despertaban para emprender el camino, pues el recorrido a realizar de este día era bastante largo y teníamos un horario que cumplir, como hacemos siempre en la Hermandad.
Tras comenzar a andar en la Raya Real a las 8:00 h., y pasar Palacio, preparábamos la Santa Misa para rezar por los que no están y por los que están ausentes, por los enfermos y por los que queremos, una Santa Eucaristía muy íntima y que todo aquel rociero que pasaba por nuestro lado se quedaba boquiabierto al asombrarse de la inmensa magnitud de belleza que en el paraje se podía contemplar.
El puente del Ajolí se pasó a las 14:30 h., un puente que marca la delimitación de El Rocío con Hinojos, en el cual, oficialmente, es declarado como las puertas de El Rocío.
La presentación ante la Blanca Paloma y la Hermandad Matriz de Almonte la teníamos sobre las 21:00 h., siendo la antepenúltima Hermandad que quedaba por presentarse, siendo según la Matriz, la Hermandad más esperada de esa tarde por el inmenso cariño que nos tienen.
Al día siguiente, domingo de Pentecostés, se celebraba la Misa Pontifical, delante de los 112 Simpecados filiales y del Simpecado de la Matriz de Almonte. Y a las 0:00 h., como todos los años se celebraba el precioso y emotivo Rosario nocturno con todos los Simpecados filiales, comenzando a andar desde la Hermandad 112, Hermandad de Chipiona, hasta la Hermandad Matriz, quien detalla el salto de la reja, cuando este bendito Simpecado llega a las plantas de la Señora.
Un salto de la reja que se realizó a las 3:25 h., y que este año ha sido, en cuanto a orden, magníficamente sensacional, ya que un cordón realizado por los almonteños, les permitió trabajar a gusto y cómodamente para que pudieran sacar a su patrona sin que ésta sufriera ningún daño.
Nuestro Simpecado se presentaba sobre las 5:00 h., ante la Virgen del Rocío, siendo una de las Hermandades con la que más tiempo ha estado la Reina de las Marismas, pudiendo rezarle la Salve, cantarle una Sevillana, gritarle los vivas y gritarle con toda fuerza la rumba que tiene por estribillo “Soy Rociero, Soy Rociero, Soy Rociero”.
El viaje de vuelta se emprendió el lunes al recogerse la Virgen, sobre las 10:25 h., llegando a Osuna a las 18:00 h., llegando más concretamente a la Finca de Las Montesinas, de la familia Pradas-Cejudo, quienes año tras año nos reciben de manera tan majestuosa y sensacional que se merecían tener a la Madre de Dios, convertida en nuestro Simpecado bendiciendo su casa.
Ese mismo día se celebra la Eucaristía a las 21:30 h., predicada por el capellán de la Hermandad, Fray Manuel Jurado ante un gran número de personas.
Al día siguiente, a las 17:00 h., se rezaba el Santo Rosario, siendo rezado por esta Hermandad TODOS los días del camino, al igual que la Santa Eucaristía y el Ángelus. Sobre las 18:00 h., nos poníamos en camino a Osuna afrontando los 10 km. que distaban el pueblo de la finca entrando por La Mohedana a las 21:00 h., siendo recibidos en este XXV Aniversario por todas las Hermandades de Osuna, el Consejo de Hermandades y Cofradías de Osuna, por el Partido Popular y por el Ayuntamiento de Osuna, con Pilar Díaz como representante.
Tras nuestras respectivas visitas a la iglesia de Fátima y Consolación y con un gran número de personas acompañanado a nuestro Simpecado, llegábamos a la calle Carmen, estando adornada con flores de papel en su cielo con los colores de la Hermandad y posteriormente al Convento del Carmen sobre las 22:00 h., para desentronizar al Simpecado y colocarlo en el altar mayor a esperas de celebrarse el sábado 25 de Mayo la Misa de Acción de Gracias a las 20:30 h.
Un camino en el que hemos tenido más Hermandad que nunca, más sensaciones que nunca y más afinidad entre los hermanos. Un camino para recordar, un camino del Rocío en nuestro XXV Aniversario Fundacional.
Hornachuelos
Precioso artículo. Gracias por compartir.