En este Rocío de ESPERANZA, cambiamos ese gran cenáculo en el que se convierte el Real del Rocío con sus ciento y pico Simpecados, alrededor del monumento conmemorativo de la Coronación canónica de la Virgen del Rocío, por la Colegiata de Sta. María de la Encarnación la Mayor, ante nuestro Simpecado entronizado en el presbiterio en su carreta blanca.
De todas formas, recibiremos todas las dosis necesarias de Espíritu Santo para que nos inmunice de nuestras faltas y defectos, nos riegue con todos sus dones y nos haga mirar al futuro con alegría y esperanza para desarrollar nuestra misión evangelizadora.