Hoy, 24 de octubre de 2012, hace justo 9 años amanecía la Santísima Virgen del Rocío en la Parroquia de la Asunción ataviada con sus galas de Reina. Dicho traje resaltaba a la vista con una peculiaridad que llamó poderosamente la atención, lucía el llamado juego orfebre rayos biselados, destacando por su aspecto primitivo plateado, ya que a finales de la década de 1970, fueron completamente dorados.
Las ráfagas, corona, medina luna y el resplandor del Pastorcito, fueron donados por el entonces hermano mayor de la Hermandad Matriz, Juan José Lagares en 1813. Su autoría está bajo el punzón del orfebre Palomino. Durante 100 años, este juego de plata caracterizó la iconografía de la Sagrada Imagen en sus romerías, pasando las llamadas ráfagas redondas de 1734 a un segundo plano.
No fue hasta 1919 cuando se recuperaron estas últimas y las de los rayos biselados pasó a colocarse cuando la Virgen se encontraba en su camarín.
En 1949, la Hermandad Matriz decide realizar unas réplicas de las ráfagas redondas para camarín pues bien era la estampa que todo el mundo reconocía en las fotografías cuando fue coronada canónicamente. Las de 1813 fueron guardadas hasta que a finales de los años 70 fueron recuperadas y doradas. En 2012 se tomó la iniciativa de volverla a su aspecto original plateado cuando la Patrona almonteña se encontraba en su pueblo. De tal manera volvió a lucirlas en la procesión extraordinaria del Bicentenario del Rocío Chico en agosto de 2013, marcando un hito histórico que queda guardado en la memoria de todo aquel que pudo contemplarla.
Fotografía de Romero.
Javi el almonteño