¡ISLA CRISTINA SE POSTRÓ ANTE LA VIRGEN DEL ROCÍO!

El lunes día nueve de mayo comenzó con la Misa de Romeros en la Parroquia de Los Dolores el principio del Camino que nuestras hermanas y hermanos peregrinos iniciaban para postrarse ante la Virgen del Rocío y el Pastorcito Divino. Un Camino que desde su comienzo, como todos sabemos, estuvo lleno de obstáculos por las condiciones metereológicas que hemos sufrido a lo largo del mismo, pero que no han sido impedimento alguno para que siguiéramos nuestra andadura, haciendo los cambios necesarios. Un Camino, sin duda, duro para los que lo hicieron pero, también, para los que se quedaron en nuestro pueblo pensando en todo momento y comunicándose con los romeros para rezar y estar con ellos en la dificultad y que se vió compensado cuando el jueves la Hermandad hacía su entrada en la Aldea de El Rocío, dando Gracias al Pastorcito Divino y a su Madre, la Virgen del Rocío, con el repiqueteo de campana al entrar en la Casa Hermandad.
Ya, más descansados, llegó el sábado y nos presentamos oficialmente ante la Hermandad Matríz que, con su Presidente al frente, Juan Ignacio Reales, nos recibía a las puertas del Santuario y en la que nuestra Carreta de Plata… ¡tan hermosa floreada!, y nuestro Simpecado se acercaron todo lo posible, para rezar la Salve a la Madre de todos los rocieros, a la Patrona de Almonte, acompañados por nuestros hermanos de la Hermandad del Rocío de Medina del Campo, por la Alcaldesa y el Presidente del Consejo de Hermandades de Isla Cristina y por un numerosísimo grupo de hermanos y hermanas. Todo un júbilo y una alegría enorme por el cariño recibido por la Hermandad Matríz.
Y así, llegamos al Domingo de Pentecostés en la que todas las Hermandades, con sus Simpecados, brillaron ante ese sol maravilloso que nos alumbró ese día llenando cada rincón de alegría y gozo cuando el Espíritu Santo rompió el techo de la tierra para llenar de amor a todos los hombres y mujeres; para que todos permanezcamos unidos; para que comprendamos las enseñanzas de Jesús y podamos amarlo aún más; para que nuestros corazones no permanezcan endurecidos ante el dolor ajeno y llevemos consuelo; para que comprendamos la misericordia de Dios para con nosotros y nuestros corazones sean purificados de todos pecado. ¡¡Porque el Espíritu del Señor llena la tierra y el Amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones!!.
Unos corazones anhelantes ante la llegada de la noche en la que, de nuevo, todas las Hermandades, junto con la Matríz, nos reunimos para rezar el Santo Rosario y hacer con ello más llevadera la espera en la que nuestros hermanos almonteños saltaran la reja y pasearan a la Reina de las Marismas.
Y así, el Lunes de Pentecostés, el lunes de Rocío, la Virgen, llevada por sus hijos, se acercó a saludar a nuestro Simpecado, a toda Isla Cristina. Y nuestro párroco, D. Francisco, rompió su garganta dando Vivas a la Madre de Dios, a todos sus hijos, al Pastorcito Divino… en una explosión de alegría que se manifestaba con lágrimas de gracias, de esperanza, de perdón, de súplica…, porque la Madre se acercaba más y más a nosotros. Y de esta manera, con esa enorme cantidad de sensaciones, nuestro Simpecado se retiró para volver a Casa porque la Santísima Virgen del Rocío le había dado…. «su momento». Momento que siempre sabe a poco pero que es muy intenso.
Y con ese gozo, con esa alegría, el martes la Hermandad ponía rumbo a Isla Cristina, con unas condiciones metereológicas que, esta vez, sí acompañaban y pudimos disfrutar de la efusión de la naturaleza en ese Coto maravilloso que tenemos los onubenses.
El Jueves día 19, bien temprano, nuestros párrocos D. Juan Luís y D. Francisco nos acompañaron para celebrar la Santa Misa rodeados de pinos, con los olores del campo. Y ese día, el pueblo entero se echó a la calle para recibir a nuestra querida Hermandad. Y si flores traía nuestro Simpecado más llegaron con él hasta las puertas de la Parroquia de Los Dolores en donde nos esperaba la Alcaldesa y el Presidente del Consejo y en la que después de la, como siempre, emocionante despedida de todos los carros que han hecho el Camino, nuestro querido Simpecado hizo su entrada para, después de saludar a nuestra Patrona la Virgen del Rosario y al Santísimo, quedar en su Retablo. Me faltan palabras para describir ese momento porque se conjugan sentimientos de alegría y gozo con los de pena porque… ¡ya se termina todo!.

Y así, llegamos al final y comenzamos de nuevo… «a contar los días de uno en uno».

Isla Cristina 2016 - Rocío 52

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