La Casa de Andalucía celebró el pasado fin de semana su tradicional Romería de Nuestra Señora del Rocío, con una salutación y una misa en el Parque de la Grajera Acudieron representantes de municipios de La Rioja y de otras comunidades autónomas limítrofes.
De lunares y con predominio del verde y el blanco. Andalucía se dejó sentir ayer en Logroño y, en especial, en el Parque de La Grajera. Y es que la Casa de Andalucía celebró ayer la Romería de Nuestra Señora del Rocío en Logroño. A las nueve de la mañana, carretas, jinetes y rocieros se dieron cita en la calle Múgica, donde tiene la sede la Casa de Andalucía en La Rioja, para partir desde ahí hacia la Grajera, destino de los rocieros riojanos desde el año 1998.
Hasta ahí, y en procesión, unos 3.000 rocieros se acercaron, por el Camino de Santiago, para la salutación a la imagen de la Virgen del Rocío. Mientras aguardaban la llegada de todos los rocieros, el coro rociero amenizó los minutos con música y sevillanas. Las carrozas cerraban la procesión. A su llegada, los primeros vivas: ‘¿Viva la Virgen del Rocío!’, ‘¿Viva la Blanca Paloma!’, ‘¿Salud para todos!’.
El canónigo de La Redonda, Abel Mora, fue el encargado de rezar y pedir por todos ante la hornacina de la Virgen del Rocío, situada en el cruce de caminos de La Grajera y el que continúa del Camino de Santiago. Mora subrayó que el trono en el que se encuentra la Virgen en la hornacina «te lo ha construido el amor y el corazón de un pueblo» y señaló que, «aunque lejos, te llevamos en el corazón».
Mora resaltó que ante la Virgen «nadie debe sentirse extraño ni solo». Recordó que desde hace seis años la Virgen se encuentra sentada en ese trono y en esa hornacina en el cruce de caminos e insistió en que «un año más, Andalucía no te falla y La Rioja tampoco». Remarcó que «todos somos una gran familia».
Y es que a la Romería asistieron rocieros de San Vicente de la Sonsierra, de las localidades navarras de San Adrián y Azagra y también de Vitoria y San Sebastián, así como de otros municipios, quienes no quisieron perderse, un año más, el evento. Las flores, los lunares y los sombreros de ‘cordobés’ se entremezclaban entre los cientos de curiosos, que no quisieron dejar solos a los rocieros.
Tras el grito de ‘¿Rocío, guapa, guapa, guapa, Pastora celestial, vuelve del cielo, Blanca Paloma!’ de Abel Mora, se cantó la primera salve, la de la Hermandad del Rocío de Sevilla (El Salvador): ‘Eres tú, Dulce Pastora’. Y una vez más ‘¿Viva la Virgen del Rocío!, ¿Viva la Blanca Paloma!, ¿Viva la Virgen de las Marismas!, ¿Viva la madre de Dios!, ¿Rocío guapa, Rocío guapa, Rocío guapa, guapa, guapa, guapa y bonita, bonita, bonita’!, para romper en un fuerte aplauso.