Los socios de la Casa de Melilla en Sevilla, con su presidente al frente, Antonio Domenech, cumplieron el pasado fin de semana con una de las más antiguas tradiciones de su programa anual, acompañar a la Hermandad del Rocío de Melilla en su compromiso con la Señora de Almonte. Un grupo de 30 socios partió de la capital hispalense con rumbo a tierras almonteñas para convivir durante unas horas con la peña de Agustín Lobato y ver cómo el Coro de la Hermandad del Rocío cantó a la Blanca Paloma en su ermita. Los melillenses rocieros, y su Hermana Mayor, Antonia Cerrato, agradecieron este gesto de la asociación, y tras el canto a la Virgen en la ermita, se celebró un encuentro que incluyó una selección gastronómica de los productos típicos de la ciudad. Según Antonio Domenech, “la unión entre ambas instituciones es ya fraternal tras años de encuentros rocieros. A nosotros se nos encoge el corazón cuando un grupo de melillenses canta tan bien a la Virgen del Rocío y nos sentimos, si cabe, más orgullosos de ser de Melilla”. Por su parte, el vicepresidente y relaciones públicas de la Casa de Melilla en Sevilla, Luis Camargo, destacó cómo “estos hermanamientos han conseguido crear amistades entrañables de manera que siempre que coincidimos, sea en Sevilla, en Almonte o en Melilla, lo hacemos en calidad de amigos y representantes de la riqueza cultural y vecinal de nuestra tierra”. Para volver a oírles habrá que esperar otro año en el que la Blanca Paloma vuelva al Rocío