Después de una intensa semana de devoción, fe y hermanamiento en torno a la Blanca Paloma, los rocieros moguereños hicieron el miércoles su entrada en la localidad entre una multitud de vecinos y vecinas que se echaron a la calle para recibirlos. Con las últimas luces del día entró en la ciudad la Hermandad Filial del Rocío de Moguer, tras haber asistido en la ermita de Montemayor a la tradicional Misa de Acción de Gracias, en la que estuvieron presentes el Alcalde Gustavo Cuéllar y otros miembros de la Corporación Local. El Hermano Mayor de la Filial, Manolo Morales, aprovechó la ocasión para agradecer a los peregrinos moguereños su ejemplar comportamiento, dando muestras una vez más de la solera y prestancia de una Hermandad que lleva cuatro siglos postrándose a los pies de la Patrona de Almonte.