Fernando Fanegas ofreció ayer en el teatro La Velada un emotivo pregón de la romería del Rocío. La presentación corrió a cargo de José María Jiménez, hermano mayor de Triana, que definió al pregonero como un hombre entrañable, especial "y que cautiva por su sencillez y su corazón". Fernando Fanegas se ganó al numeroso público que acudió al acto en cuanto comenzó su pregón. Y es que recordó su primera romería al Rocío y su primer trago de vino. Fue en 1976, cuando tenía tan sólo siete años. La anécdota vivida aquel día de la mano de Antonio 'El malagueño', cuando le dio a beber vino porque se atragantaba tras comer un huevo desató las carcajadas de los asistentes. Dedicó el pregón a todos los que compartieron aquel día con él: "Todos, junto a mi familia, a su forma, me enseñaron a ser rociero. A todos, conocidos y desconocidos, os dedico este pregón". Seguidamente repasó los orígenes de la Hermandad del Rocío de La Línea y las vicisitudes por las que pasaron sus artífices. "¡Cuántas ilusiones! (…) Todo se cumplió. En 1978 fuimos hermandad, pasamos a ser filial de la matriz de Almonte(…) Nuestro simpecado fue por primera vez a la misa de pontifical en el monumento a la Coronación y el que portaba el simpecado era mi padre. ¡Como para no ser rociero!". También hizo un amplio repaso por la historia desde 1262 hasta la actualidad: "Creedme, desde que se apareció al cazador hasta hoy, hasta este mismo instante en que yo, torpemente, intento ensalzarla y todos vosotros estáis ahí escuchándome con cariño, la Santísima Virgen del Rocío bendita nos tenía a todos recogidos bajo su manto y su mirada protectora. Ya nos escuchaba con cariño. Ya era ella nuestra madre y nosotros, todos, en La Línea, sus hijos". Posteriormente señaló que La Línea de la Concepción, con su advocación mariana como apellido, es un pueblo que engrosa las generaciones que a lo largo de la historia ha ido siguiendo a la Virgen como modelo. "Lo hacemos en su advocación de Rocío y en romería. Hay otras muchas fórmulas, todas legítimas y buenas, pero nosotros lo sentimos así (…) Porque no hay más. El Rocío son tres cosas: la Virgen, la Virgen y la Virgen. No hay más que la Virgen y su manto que nos protege". El pregonero puso un brillante broche final a su discurso al interpretar, acompañado por un guitarrista, una sevillana dedicada a la Virgen del Rocío.