Los primeros documentos del Rocío (Siglos XIV y XV). Por Javi el almonteño
Ermita de Santa María de Las Rocinas en el siglo XIV. Extraída de la pintura de “Alfonso XI, rey de Castilla y León, monteando en el lugar de las Rocinas en 1337”. Juan Manuel Núñez. 2000. Capilla Real del Santuario de El Rocío. Almonte.
Dado el desconocimiento que persiste hoy en día sobre los orígenes de la devoción de la Virgen del Rocío, me siento obligado a plasmar en este artículo las desavenencias embaucadas por una serie de publicaciones que hacen un mal favor a esta manifestación mariana. Decía el Obispo emérito de Almería, D. Rosendo Álvarez Gastón, en 1975 que mucho se ha escrito sobre el Rocío “desde el punto de vista histórico hay ensayos dignos de tenerse en cuenta, mientras en otros, se escribe con prisas, con emoción y no siempre con la debida serenidad y exactitud”.[1]
En estas líneas pretendemos arrojar todas las fuentes documentales medievales existentes hoy en día sobre lo que concierne el Rocío. Dejaremos atrás todas aquellas teorías e hipótesis que no se apoyan documentalmente, ya que nuestra pretensión es la de dar a conocer los manuscritos que ayudarán al estudioso o al investigador, sentar las bases de los inicios de la devoción rociera. Concretamente abarcaremos los siglos XIV y XV.
Ambos siglos entran dentro de la época misteriosa del Rocío. Son fechas en que el entorno de la ermita sufre las consecuencias de la apropiación de terrenos, son los casos del Bosque de las Rocinas o de las antiguas dehesas del Carrizal y de La Figuera (hoy coto de Doñana). Almonte y toda su jurisdicción fue reconquistado por el rey Alfonso X El Sabio en 1262. Este lugar pertenecía a lo que fue el antiguo reino moro de Niebla. Este término abarcaba parte de la actual provincia de Huelva, desde el Este hacia el Oeste, lindando con Portugal. En 1335, el lugar de Almonte es donado por la Corona a Alvar Pérez de Guzmán,[2] entre los meses de mayo y noviembre. A partir de entonces, las tensiones se hacen patentes, las lindes territoriales traerán durante los siglos posteriores muchos quebraderos de cabeza.
La repoblación de Almonte en aquellas fechas ocasionaría que los vecinos de aquel lugar aprovecharan los abundantes pastizales de Las Rocinas, ya que la ganadería era el principal medio productivo de toda esta comarca. El concejo de Niebla era reticente a que el lugar de Almonte explotase unas tierras que, según ellos, no tenían protestad alguna, ya que Almonte se segregó de dicho concejo meses antes. En diciembre de aquel año, el rey Alfonso XI manda a su ballestero Juan Ruiz a Almonte para que Alvar Pérez de Guzmán devuelva a Niebla sus términos. Este documento que recoge y da testimonio de la toma de posesión por parte del concejo de Niebla sobre la “supuesta usurpación” de términos, menciona por primera vez la primitiva ermita de Ntra. Sra. del Rocío. El legajo 744 del Archivo Ducal de Medina Sidonia, nos aporta este importantísimo dato.
El 30 de diciembre de 1335, los escribanos de Niebla, los señores Alfonso Ferrández y Diego García, detallan el amojonamiento de Almonte, Moguer y Niebla, en el cual, dice lo siguiente: “… e deste mojon a mojón cubierto a otro mojón que fizieron a pie de vn alcornoque cabeçón que está cerca del camino viejo que va adelante a Santa María de las Roçinas e al Bodegón a mano isquierda como van de Almonte, e deste mojón a mojón cubierto a otro mojón que está a pie de vn azeituno a so el camino nuevo que va d’ Almonte a la dicha Santa María de las Roçinas …”.[3]
Mapa de la situación geográfica de la villa de Almonte y su actual término, en el antiguo concejo de Niebla. Elaborado por Javi el almonteño.
Hasta la fecha, se trata de la primera referencia conocida de la ermita de la Santísima Virgen. También es la primera noticia que tenemos del entorno. La entrega de términos se hizo en el bodegón de Joaquín Freile en la Madre de Las Rocinas.[4] Este bodegón se encontraba a unos 700 metros de la ermita (Véase mapa); en él se daba de comer a transeúntes y se ofrecía cobijo para pasar la noche. El entorno de la ermita en aquellas fechas era un punto frecuente de paso de mercadurías; abundaban los pastizales así como la caza mayor y menor; en La Canaliega había un embarcadero, de donde se deduce que existía un tráfico comercial hacia el Guadalquivir. Cerca del bodegón, transcurría el camino hacia la playa de la Figuera (Torre la Higuera), por el que venía el pescado que pasaba por Santa María de las Rocinas dirección a Sevilla y otros lugares para su comercialización. Por lo tanto, en los siglos XIV y XV, este enclave era muy importante en el tráfico terrestre y fluvial.
El siguiente documento fue otorgado por el rey Alfonso Onceno. Sabemos que en 1337 el rey anduvo por estas tierras. Dado los conflictos que acontecían en Portugal, el rey, días antes de partir a su destino portugués, estuvo en Sevilla y Sanlúcar la Mayor. Un día después fue a Villalba (del Alcor) lugar de Niebla, desde allí, “…et dende fue a correr monte á unos sotos muy grandes que decían las Rocinas…”[5] tomando estas tierras durante una jornada y retomando luego dirección a Niebla y Gibraleón.
Años después, esta visita se reflejó en el libro de Montería de Alfonso XI. Según demostró D. José Gutiérrez de la Vega, erudito venador, el libro fue escrito en la década de 1340-1350, por la existencia de sucesos y personas de la época de Alfonso Onceno. Hasta 1582 no aparece la primera edición impresa en Sevilla, acrecentado por Gonzalo Argote de Molina. Referente a la ermita, dice lo siguiente: “… En tierra de Niebla ha vna tierra, queldizen las Rocinas, e es llana, e es toda sotos, e h afiempre hy puercos … E feñaladamente fon los mejores Sotos de correr cabo de v neglefia, que dizen Sata Maria de las Rocinas, et cabo de otra eglesia que dizen Sancta Olalla…”.[6]
Casi de la misma época data la siguiente referencia proveniente de la misma Niebla. Ante el escribano público, Pedro Simón, hizo testamento la señora Urraca Fernández, vecina de Niebla y mujer de Pedro Fernández. Esto ocurría el día 10 de febrero de 1349: “… E mando a las obras de las eglesias de Santa María de Lauapiés, e de Santa María de Furugente, e de San Pedro de las Torronteras, e de San Juan de Morannina, e de San Christóual, e de Santa María de las Rozinas, dos marauedíz a cada una…”.[7]
En 1400 continua los pleitos de Niebla por las lindes contra Almonte. Recordemos que en 1368 Niebla pasó a ser del señor de Sanlúcar, ahora Conde de Niebla y más tarde duque de Medina Sidonia. El 25 de febrero de 1400 se reunían los gobiernos de la villa de Niebla y ciudad de Sevilla para fijar definitivamente las lindes de ambos términos, (puntualicemos que Sevilla hacía frontera en las Rocinas por el término de Hinojos, ya que Hinojos pertenecía en aquellas fechas a la ciudad hispalense). El punto de reunión fue la misma ermita: “…estando en la iglesia que dizen de Santa María de las Roçinas et estando y presentes Joachín Martínez de Monrreal, veinte e quatro de la muy noble çiudad de Sevilla de la vna parte, et Lopez Suarez alcalde mayor de la villa de Niebla…”.[8] Tras presentar varios testigos, los hombres de los pueblos del entorno como Hinojos, Paterna, Escacena, Manzanilla y Bollullos, atestiguan que las mojoneras empezaba desde la ”… Madre del agua que dizen Santa María de Las Roçinas…”.[9] Joaquín Pascual Vaquero de Hinojos, argumenta que “…el arconocal que esta çerca de Santa María de las Roçinas e çerca del Bodegón de Joachín Freile que se solía siempre comer exentamente por la dicha Hermandat (Hermandad de Pastos).[10] Al siguiente día, el jueves 26, partieron de la misma “… eglesia de Santa María de las Roçinas…”, [11] para fijar las mojoneras. La ciudad de Sevilla fijó el mojón cerca de una pasada que estaba en el arroyo del bodegón. Niebla, fijó su mojón en la otra parte del arroyo “…Et de la otra parte del arroyo contra Santa María de las Roçinas de parte de Niebla fue fecho el dicho mojón …”.[12]
Este deslinde hacía la línea divisoria de fronteras por la marisma del Rocío y arroyos, entre los términos actuales de Almonte e Hinojos; parte desde el caño de Braines, hacia arriba por la Madre de la Marisma del Rocío, hasta dar en La Canaliega y luego hacia arriba por el arroyo de Santa María hasta dar en la Parrilla, al nordeste de Almonte, linde con Bollullos (Véase mapa).
En 1421, los herederos de Alvar Pérez de Guzmán solicitan al rey Juan II la ampliación de términos, ya que Niebla desde décadas atrás imponía las sentencias reales sobre el deslinde de su territorio, ahogando a los almonteños en un reducido espacio. Señalan también los muchos agravios que el Conde de Niebla les hace diariamente.[13] Esta petición tardó 10 años en su resolución. Transcribimos a continuación varios párrafos alusivos a la ermita de Santa María de las Rocinas: “… yendo por el camino que ba de Hinojos a Almonte … desta Parrilla fasta el camino que iba de Hinojos a Santa María de las Rozinas…”.[14] “… en vn cauezo que estaua zerca del camino viexo que ba de Almonte a Santa María de las Rozinas e al Bodegón a mano izquierda …”.[15] El documento también hace alusión a un portazgo situado en Santa María de las Rocinas, y como niebla se apropia de él: “…por ellos de los dichos tres años acá levaban algunos derechos e rentas de lo que rendían los dichos términos e el portazgo de Santa María de las Rozinas que hera en los dichos términos e parezía que se acogieran de gran tiempo acá por términos de Almonte, que sin justo título <<juduventater>> comenzaran a tomar e levar e tomaran e levaran los dichos derechos e portazgo por términos de Niebla…”.[16] Finalmente el rey Juan II sentencia a favor de Almonte. El término de Almonte quedo marcado y fijado como hoy en día conocemos.
El 5 de abril de 1435 se ejecuta la sentencia librada por Juan II en 1431 por el pleito de términos. El documento hace referencia sobre un camino del pescado (actual carretera de Torre la Higuera–Matalascañas) (Véase mapa): “… estando en las chozas de la playa que dezían de la Figuera… Juan Alvarez de Santa Clara, vezino de Ruziana, arrendador e fiel que se dijo de la alcauala del pescado e vino e de todas las otras cosas que se venden en la dicha playa e del portazgo del camino del pescado que ba a passa por Santa María de las Rozinas para Seuilla e para otras partes…”.[17]
Dejando atrás los pleitos, en Almonte, el 20 de Julio de 1456, Doña María Íñiguez, mujer de Alfonso Algava, en su testamento deja varias mandas piadosas: “…a la ermita de Ntra. Sra. de las Mercedes, a Santa María de Morañina, ambas en término de Bollullos, y a Ntra. Sra. de las Rocinas, en Almonte”.[18]
Situación de la ermita del Rocío y Las Rocinas en el siglo XIX. Mapa de la provincia de Huelva. Por el Coronel de Ingenieros, D. Francisco Coello. Madrid 1870.
En el año 1491, otorgan sus testamentos, Alfonso González de Abreu y su mujer Ana Martín, en Almonte, en el que se dice: “E mandamos a las hermitas de San Juan de Morañina y Santa María de las Mercedes, que son en término de Bollullos, e a Santa María de las Rosinas y a Santiago y a San Sebastián que son en término de Almonte a cada una de estas hermitas quatro maravedíes”. [19]
En la última década del siglo XV, en 1497, volvemos a observar cuestiones de pleitos por términos. De nuevo surgen los enfrentamientos con Almonte por parte del duque de Medina Sidonia y sus villas de Niebla y lugares de Rociana y Bollullos. Extraemos las referencias de la ermita: “… sabe que de obra de dos años a esta parte, los vezinos de Almonte an prendado he corrido de la Vera de Almonte e del Rincon, que se dize Santa María de las Rozinas, les an corrido de los dichos vezinos de Niebla e Roziana e sus ganados zinco o seis vezes…”.[20]
¿Quién dijo que había lagunas en los datos históricos sobre el Rocío en estos siglos?
Para concluir, la etapa que concierne el siglo XVI propondrá otra interesante recopilación ya que es unas de las épocas clave para el arranque de la devoción a la Virgen del Rocío y que requiere otro análisis de la documentación que persiste y que ha llegado a nuestros días.
Por Javi el almonteño
Artículo publicado en el Boletín de la Hermandad del Rocío de Pilas. Rocío 2015.
Notas:
[1]ALVAREZ GASTON, R.: El Rocío a Examen. Sevilla, 1975, pp. 9-10.
[2] MUÑOZ BORT, D.: La ganadería caballar en la villa de Almonte. Huelva, 2004, p. 31.
[3]ANASAGASTI VALDERRAMA, A. M. y RODRIGUEZ LIAÑEZ, L.: Niebla y su tierra en la Edad Media. Historia y Documentos. Huelva, 2006, pp. 425-426.
[4]ANASAGASTI VALDERRAMA, A. M. y RODRIGUEZ LIAÑEZ, L.: Niebla y su tierra…, op. cit., p. 425.
[5] Ibídem, p. 24.
[6] ARGOTE DE MOLINA, Sevilla, 1582, p.
[7]ANASAGASTI VALDERRAMA, A. M. y RODRIGUEZ LIAÑEZ, L.: Niebla y su tierra…, op. cit., p. 482.
[8] Ibídem, p. 570.
[9]Ib. p. 573.
[10] Ib. p. 573.
[11] Ib. p. 573.
[12] Ib. p. 575.
[13] MUÑOZ BORT, D.: “El Ayuntamiento de la villa de Almonte y la expansión de la devoción a la Virgen del Rocío (siglos XIV – XX)”, Revista Exvoto, Sevilla, 2011, pp. 22–23.
[14]ANASAGASTI VALDERRAMA, A. M. y RODRIGUEZ LIAÑEZ, L.: Niebla y su tierra…, op. cit., p. 628.
[15] Ibídem, p. 630.
[16] Ib. p. 638.
[17] Ib. p. 658.
[18] ÁLVAREZ GASTÓN, R.: El Rocío a examen. Sevilla, 1975, p. 28.
[19] Archivo Diocesano de Huelva, Capellanías. Almonte, caja 18, nº 2: Capellanía de Alfonso González de Abreu, exped. De 1689, sin foliar.
[20]ANASAGASTI VALDERRAMA, A. M. y RODRIGUEZ LIAÑEZ, L.: Niebla y su tierra…, op. cit., p. 1130.
Inmaculada
Me gustaría poder ver la misa en el Real del rocio cuando fue la última vez que los niños hicieron su primera comunión en esa misa ya que mi hermano la hizo y no tenemos ninguna fotografía ni video . Gracias de ante mano y VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO.