Francisco Fuentes fue elegido hace unos meses hermano mayor de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Marbella. Así, ahora tiene la complicada tarea de llevar a cabo todos los preparativos relativos a la celebración del los 25 años de la entidad.
¿Con qué objetivos llega al cargo de hermano mayor?
Mi objetivo es llevar a cabo el encuentro entre los hermanos e intentar que nuestra entidad sea un poco más grande. También quiero hacer un proyecto bastante ambicioso con motivo del 25 aniversario de la hermandad.
¿Cómo comenzó su relación con esta hermandad?
La conocí a través de un amigo que tenía en Sevilla, donde yo trabajaba como Guardia Civil. Él me propuso venir mientras trabajaba en El Rocío y la hermandad me gustó. Además, en ella conocí a mi mujer.
¿Cuántos hermanos tienen en la actualidad?
Tenemos censados unos 500 hermanos. Todos los años se va sumando gente, para lo que es necesario que rellenen una solicitud y que reciban unas charlas durante un año para conocer realmente cómo es la hermandad por dentro. Si deciden quedarse, se les hace entrega de la medalla como nuevo miembro en una misa y pasan a tener todos los derechos y obligaciones de quienes son hermanos.
¿Qué significa ser rociero?
Es una manera de vivir y sentir. Al mismo tiempo, es una manera de tener una mira en el horizonte. Nuestro destino es caminar todo el año hasta que llega Pentecostés, fecha en la que se celebra la peregrinación a El Rocío. Cuando se acaba un año, comenzamos enseguida con los propósitos para el siguiente.
¿Qué siente cuando llega esa fecha?
Es una explosión. Se celebra con Pentecostés, que es la llegada del Espíritu Santo, el cual predica la bondad entre las personas. Esto está unido a una parte festiva que no debe desvirtuarse, si no compaginarse.