Arte Sacro. La Fervorosa y Muy Antigua hermandad del Rocío de Pilas celebró el pasado sábado bajo una enorme expectación el XXXIII Pregón de la hermandad pileña.
El joven periodista y amigo Moisés Ruz fue el encargado de exaltar a la gloriosa talla rociera. La Parroquia de Sta. María la Mayor fue un hervidero de emociones durante más de una hora que duró el acto. Tras la imposición de la medalla al pregonero, el toque al alba del tamborilero, la magnífica presentación de la Hermana Mayor y después de los sones majestuosos del Coro Rociero de esta corporación, Moisés Ruz se subió al atril para llenar de sentimientos a los más de 300 rocieros que allí se dieron cita.
De nuevo, como ya hiciera en el Pregón de la Juventudes de Triana en el pasado mes de marzo, Moisés Ruz encandiló el mismo a través de una emotiva historia en la que se hizo pasar por un niño de 8 años, el cual por vez primera iba a vivir el camino del Rocío con su hermandad de Pilas. Tras pasar por momentos muy entrañables sobre todo para los hermanos más antiguos, despertó del sueño y encaró el tramo final dirigiéndose plenamente al que denominó como el mayor de los tesoros, los jóvenes.
No se olvidó de los momentos complicados en los que la sociedad se está viendo envuelta. La crisis financiera, la gripe porcina, el caso de Marta del Castillo o las donaciones, ya que por esto último irá dedicado este año el camino por parte de todas las hermandades rocieras.
Tras el canto de la Salve y bajo una atronadora ovación finalizó el acto. Todo concluyó en los salones de la hermandad de Vera-Cruz, donde se desgustó un ágape entre todos los asistentes.
Foto: Fernando Báñez