La localidad onubense de Almonte se ha convertido este fin de semana en el pueblo con más habitantes de Andalucía, con las 600.000 personas que el Ayuntamiento considera que han acudido para ver a la Virgen del Rocío en su pueblo, algo que sólo se repite cada siete años. Aunque históricamente, como en otros municipios, la presencia de la imagen por sus calles se ha debido a acontecimientos desgraciados, como epidemias o largas sequías, a finales de los 50 se instituyó que cada siete años la Virgen visitase su pueblo durante nueve meses, siempre entre finales de agosto y la romería del año siguiente. Después del último traslado de hace siete años, se instalaron a través del camino de la Virgen que va desde la entrada el pueblo hasta la Iglesia, diferentes azulejos conmemorativos de las visitas de la Virgen a su pueblo. El viernes, los almonteños, igual que en la romería, saltaron la reja de la ermita de El Rocío a las 14.30, e iniciaron un recorrido sin un orden fijo, por las calles de la ermita, hasta que a última hora de la tarde la imagen fue colocada en un altar a la salida de la aldea para que le fuese cubierto el rostro y colocado un guardapolvo, para protegerla del polvo que domina los caminos de ida a Almonte. La Virgen permanecerá en Almonte hasta el domingo anterior a la Fiesta de Pentecostés del año siguiente, no sin antes haber salido procesionalmente, siete días antes, y recorrer las calles del itinerario tradicional.