Portal de las Hermandades del Aljarafe http://www.pasiondealjarafe.es/index.htm Nueva web dedicada a las Hermandades del Aljarafe, tanto de penitencia, como de gloria y del Rocío. He aquí una muestra de sus interesantes artículos. El aire de Gines El aire de Gines huele, sabe, suena y se ve, se palpa, se paladea, se bebe. El aire de Gines huele todo el año, desde hace ochenta primaveras, a marisma y a brisa, a pinar y a eucalipto. El aire de Gines sabe a romero y a retama, sabe a copla y a oración. El aire de Gines suena a tamboril y a “misterio” del Rosario por sevillanas, suena a cadencia y a “lloran los pinos del coto”. El aire de Gines se ve cuando Gines se despierta de un sueño cada primavera y viste sus calles con blancas carretas, que se confunden entre los claveles y las rosas nuevas de abril y mayo. El aire de Gines se ve en la tez arrugada y morena del hombre del campo, de la tierra, que prepara la yunta y los bueyes para un nuevo camino. El aire de Gines se ve en la cara de ilusión de las muchachas que preparan los trajes de flamenca, y los muchachos que engalanan sus caballos o sus carretas. El aire de Gines se toca y se palpa, cuando lo paladeas una mañana de mayo mientras las campanas repican a Misa de Romeros. El aire de Gines se bebe y te emborracha, cuando el Simpecado baja la escalinata y se coloca en la carreta de plata. El aire de Gines te llena cuando Gines se queda vacío, cuando Gines se va con su Hermandad, cuando Gines es Hermandad que camina cual pueblo peregrino. No se si el pueblo se hace Hermandad, o la Hermandad se hace pueblo, pero se lleva el aire de Gines por las veredas, por los cortafuegos, por los vados y por los arenales, porque el aire va con Gines allá donde vaya. El aire de Gines huele a amor, sabe a beso, suena a plegaria y a rezo hecho cante, y se ve cuando su Hermandad camina hacia la Blanca Paloma. El aire de Gines es un aire diferente, distinto a otros aires, cuasi único. El aire de Gines sabe a pueblo, a tradición, a historia. Y, sobre todo, el aire de Gines huele a Rocío. Francisco José Pavón / Publicado el 7 de mayo de 2007 en El Correo de Andalucía