El pasado 2014, se publicaba en la edición número 3 de la revista Exvoto, tres nuevos grabados de la Virgen del Rocío, por el experto de la iconografía religiosa, Juan Carlos Martínez Amores.
El primero de ellos, se trata de una xilografía – grabado sobre madera- de autor anónimo fechable a principios del siglo XVIII. Si bien el ejemplar que se utiliza, se encuentra impreso en un pliego de cordel con el título Salve en verso a Nuestra Madre y Señora del Rocío, firmado por Antonio Sánchez Roldan (natural del Viso del Alcor), y salido de la imprenta carmonense de José. M. Moreno en el tercer cuarto del ochocientos; ello en absoluto debe resultar extraño pues esta práctica de reaprovechar tacos xilográficos antiguos para imprimir imágenes, colofones, caracteres o cenefas era bastante común en la tipología de la época.
El segundo grabado, se trata de una estampa abierta a buril sobre cobre y de autor desconocido. Fechado en 1726. Estamos por tanto ante el tercer grabado en antigüedad de los conocidos hasta el momento, muy cercano en el tiempo al de 1720 – 1722; este dato, unido al de la concesión por parte del arzobispo Salcedo y Azcona de los mismos días de indulgencia que Gil Taboada, evidencia un crecimiento progresivo de la devoción a la Reina de las Marismas.
El último de los grabados que se estudia –del que se huelga decir que es inédito y no catalogado hasta ahora- está ejecutado también con técnica calcográfica, es decir, a buril sobre plancha de cobre. Salta a la vista que –salvo algunos detalles ciertamente insignificante- toma como modelo al de 1726, que sin duda es anterior, lo que afirmamos teniendo en cuenta tanto la condición de “indulgenciado” de este ultimo como el pequeño tamaño -87 X 63 milimetros- del que nos ocupa; estaríamos por tanto ante una versión de aquel.
Extraído de articulo de Martínez Amores, J. C.: “Una contribución al estudio de la iconografía rociera. Acerca de tres grabados de la Virgen del Rocío”, en revista Exvoto Nº 3. Sevilla, 2014. Pp 151 – 165
Recopilación de Javi el Almonteño