OTORGA LO IMPOSIBLE es la célebre frase que acuñó el torero Rafael Gómez Ortega (1882-1960), Rafael “El Gallo”, miembro de una de las más importantes dinastías toreras de la historia de la tauromaquia, a raíz de la cogida mortal que sufre en Algeciras en junio de 1914. Cuentan que el torero se encomendó a la Virgen del Rocío y salvó milagrosamente su vida, por lo que movido por su devoción y gratitud le regaló un exvoto pictórico con inscripción de unas letras macizas en oro, con esta sentencia que, como dijo el poeta Pedro Alonso-Morgado, pudiera ser “el verso de una seguidilla rociera; de una de esas coplas que nadie compone, y que rezan -cantando- muchos”.
Una oración sintética que sintetiza, como pocas, la experiencia humana de tantos devotos de la Virgen que han invocado su mediación en circunstancias personales o familiares muy difíciles, como nos corrobora la colección de EXVOTOS de la Santísima Virgen del Rocío, que también podrá contemplarse. Su poder taumatúrgico expresado de tantos modos y en circunstancias tan diversas y, especialmente, durante esta durísima pandemia.
La muestra que ofrecemos con motivo de la reapertura del Museo de la Villa de Almonte relaciona al mundo del toro con la devoción rociera. Un hecho que tiene que ver con el emplazamiento del Santuario del Rocío al pie de las marismas del bajo Guadalquivir, en una zona que ha sido tradicionalmente de cría de ganado vacuno, caballar y de toros de lidia; pero también con la devoción que tantos diestros han profesado a la Virgen del Rocío, confiando a Ella sus miedos, esperanzas, triunfos y fracasos. Y junto a ellos, ganaderos, rejoneadores y otros oficios vinculados a este mundo (mayorales, picadores, banderilleros,…). Todo ello ha hecho de la Virgen del Rocío, una de las devociones más arraigadas en el mundo taurino que está tan presente en los ruedos, pero también en el campo, cuyas labores de acoso y derribo para seleccionar las reses se concluyen tradicionalmente con un ¡Viva la Virgen del Rocío!. Y en lo más íntimo de su piedad personal y familiar.
Una vivencia traducida en hermosas páginas que nos hablan del compromiso y de la enorme dimensión social de la Fiesta, con su participación desinteresada en festivales taurinos benéficos, u ofreciendo reses, para afrontar diversos momentos y proyectos significativos de la historia de la devoción rociera: Obras de 1915 y 1918 en la antigua Ermita, Coronación Canónica de la Virgen del Rocío en 1919, obras del nuevo Santuario del Rocío (1963-1970), Retablo y Camarín de la Virgen del Rocío (1981-2006), las nuevas andas procesionales de la Virgen (2020- ). O para apoyar a nuestra Cáritas Parroquial. Gestos que son como plegarias que se elevan al cielo, en la que identificamos algunos de los nombres que han hecho grande el arte de la lidia en el último siglo, y que han trenzado en diverso grado y por diversos motivos esta historia de amor con la Virgen del Rocío, que ahora ponemos de manifiesto.
Y es la ocasión histórica de presentar tres grandes obras artísticas que por diversos motivos están de actualidad: La Corona del Centenario de la Coronación, regalo de las hermandades del Rocío (2019), realizada en el taller de Los Hermanos Delgado de Sevilla; el conjunto textil “de los Apóstoles” (1950-1961), diseñado por Joaquín Castilla Romero y ejecutado en el taller del Convento de Santa Isabel, recién restaurado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, gracias a la generosidad de la familia Vela Vela; y el proyecto de las nuevas andas procesionales de la Virgen del Rocío (2020- ) que, tras haber desarrollado una estructura totalmente nueva, se están labrando en el taller de orfebrería de Ramón León con el impulso generoso de un caballero onubense, miembro de una gran dinastía torera, los “Litri”. Tres grandes obras de arte en honor de la Reina de las Marismas, en las que late el amor de sus devotos, que al contemplarlas nos animan también a nosotros a exclamar: ¡¡OTORGA LO IMPOSIBLE!!.
Santiago Padilla
Publicado en ABC de Sevilla el 5 de agosto de 2021