Retablo – Camarin del siglo XVIII de la Virgen del Rocío.

Estaba ejecutado en madera de pino de Flandes, y posteriormente dorado y policromado, compuesto de banco, cuerpo y ático. El banco debió ser muy sencillo, probablemente sin ricas piedras naturales y si de ladrillos encalados o pintados. El cuerpo esta articulados en tres calles separadas por columnas, siendo la central más ancha por estar ahí el camarín de la Virgen. El cuerpo de tres calles, se componía de dos pares de columnas de orden corintio y fuste estriado en los que además aparecen en su parte superior unas guirnaldas de telas talladas y unos nudos de hojarasca en la parte más alta del tercio inferior de los mismos. Entres las columnas se exhiben a la derecha a San Francisco Javier, Santo jesuita de la primera mitad del siglo XVI, mientras que a la izquierda se muestra a San Antonio de Padua, santo Francisco del primer tercio del siglo XIII.
En un principio estaba adjudicado esta obra a Cayetano De Acosta, que era de origen Portugués, pero recientemente es atribuida, por Manolo Galán Cruz, al hijo de Cayetano, Francisco de Acosta a fines del siglo XVIII. El retablo fue desmontado cuando en Julio de 1963 se comenzó el derribo de la antigua ermita del siglo XVIII, partes de este retablo fueron guardados, las columnas por ejemplo estuvieron en la iglesia de la Asunción de Almonte, la escena del relieve de pentecostés que coronaba el retablo era utilizado para los actos de la Hermandad Matriz. En 2011 fue bendecida en la ermita de Ntra. Sra. Del Rocío las dos nuevas capillas, la Sacramental y Penitencial. En la Sacramental alberga partes del antiguo retablo del siglo XVIII, las columnas, las imágenes de San Francisco Javier y San Antonio de Padua, como el marco del camarín y el relieve de Pentecostés.

Javi El Almonteño