Las Salvas era un acto de honor militar, ya fuese por artillería o fusilería. Salvas significa «Saludo», esta acción se deba para dar una bienvenida, un saludo o festejar un gran acontecimiento.
Las Salvas en los Traslados de la Virgen del Rocío comienza a producirse en el siglo XIX. Al igual que la colocación de «Arcos de Triunfo» en esta centuria, estas simbologías conmemora el recibimiento de lo mas preciado para el pueblo almonteño, la llegada de su Santísima Patrona al pueblo. Primero estas Salvas anuncian la inminente llegada de la Virgen días antes, luego, la descarga de pólvora suceden durante el paso de la Imagen en el trayecto. En el Chaparral, tras la retirada del pañito, suceden numerosas Salvas que conmemora el encuentro cara a cara de Ntra. Sra. del Rocío con su gente, una bienvenida «atronadora». Ya a las puertas de la parroquia, en la recogida, el pueblo alza las armas que se despide con numerosas Salvas de Honor que vuelven a lanzar a su Virgen.
De esta manera, es como se ha recogido desde el siglo pasado esta tradición en numerosas crónicas. Sabemos que en 1887 se costea por el propio Ayuntamiento de Almonte fuegos de artificios para recibir a la Virgen. Es el pueblo mas humilde, quien de manera mas sencilla, adopta la forma de recibirla con una herramienta de trabajo, como eran las escopetas de caza, en este caso las llamadas «patera», utilizada en las marismas de Doñana. Aun así, son las distintas armas que han venido utilizándose, como el «trabuco», que quedó prohibido su uso en 2012, pero que realmente era un arma tradicional junto a la escopeta desde los orígenes de esta celebración.
Son las crónicas del siglo XX cuando se hacen mas extensas y llamativas sobre las Venidas de la Virgen a Almonte, cuando en 1902 se nos habla por primera vez de las Salvas.
Documento de 1902: …Todos caemos de rodillas; la banda bate marcha real; las escopetas de Almonte se disparan todas en aquel momento… La entrada en la Parroquia, mientras se repiten las salvas de escopetas, repican furiosamente todas las campanas, no cesa un punto de la música y se redoblan las aclamaciones…. Nicomedes Carrero Ojeda
Un tradición centenaria que no debe perderse nunca.
Javi el almonteño