En el Santuario del Rocío, tuvo lugar el Sábado 24 de Octubre, la Euraristía por el alma del recientemente fallecido, Padre Quevedo.
Fotos: Oficina de Atención al Peregrino/M. Romero
«Quise escalar lo más alto,
soñé con fama y renombre,
pero me vi pobre y sólo,
pregunté a gritos mi nombre.
Yo quise saber quién era.
Y lo supe: sólo un hombre
Mi cuerpo de trigo y mares
mi alma de cal y luz.
Aprendí a rezar cantando
a un Cristo muerto en la cruz.
Hablé como habla mi gente.
Me dijeron: andaluz
Vi a la noche con mantilla
y la luna con peineta.
Escuché hablando de amores
al aire con la maceta.
Se lo conté yo a la gente
y me llamaron poeta.
Y al cabo de mucho andar
bajo el Sol, por el sendero,
alegre y cansado a un tiempo
ahora ya se lo que quiero:
Que pueda decir la Virgen
que he sido un buen rociero.»
Homilía del Rvdo. Padre, D. Francisco Jesús Martín Sirgo, Párroco de Almonte y Rector del Santuario