I
Pudiendo darme flores
me daba espinas
aquel rosal de amores
que yo tenía.
ESTRIBILLO:
Si ella pudiera saber
lo mucho que se perdía
despreciando mi querer
es seguro que volvía
por donde mismo se fue.
II
Si la rosa y su espina
me dejó «herío»
yo la fui castigando
con el «olvío».
III
Y se fue deshojando
y está marchita;
no tiene el jardinero
que necesita.
IV
Lleva en su pensamiento
la huella mía
porque sabe de sobra
que la quería.
Es una aportación de EL POETA PATATERO
(elpoetapatatero@hotmail.com)