I
En el moño morena
ponte una rosa,
del color de tu cara
mi niña hermosa.
Cara divina
que merece tu pelo
rosa tan fina.
II
En tus ojos morena
no pongas nada,
que se asome la luna
por tu mirada.
Porque yo quiero
que me enseñen la gloria
tus dos luceros.
III
En tu boca de fresa
mi nombre solo,
y la dulce palabra
de «un que te adoro»
Siempre mi nombre
que no exista en el mundo
nunca otro hombre.
IV
En tu dedo el anillo
de mi cariño,
y en tu vientre el latido
de nuestro niño.
¡Con eso sueño!
con llegar algún día
a ser tu dueño.