Ahí te mando cuatro fotos
de este último camino:
la primera es una estampa
del Simpecado Divino
el día en que de mañana
salimos de peregrinos…
La segunda, ya me encuentro
con mi gente en la candela,
una guitarra sonando
en la noche marismeña
y a coro todos cantando
sevillanas rocieras…
La tercera me la hicieron
cuando yo cruzaba el Quema,
con los botos en la mano,
sucio de polvo y arena
pero, contento y soñando
viendo el Rocío tan cerca…
En la cuarta es madrugada
– ya ni recuerdo a qué hora -.
Sobre un mar de corazones
se ve a la Blanca Paloma
derramando bendiciones
mientras que mis ojos lloran…
Estribillo:
Y por último, te envío,
como estás en tierra extraña
y sé lo que habrás sufrío,
la misma medalla
que llevé al Rocío.
Enviada por: Darío Vélez