Nada me importa que tengas
otro color en tu piel,
ni de la tierra que vengas,
ni el dios que enciende tu fe…
Vienes huyendo del hambre
que azota ya tu país,
¿cómo podré yo negarme
a darte refugio aquí?…
Nada me importa siquiera
que no te pueda entender,
que tengas otra bandera
y otra manera de ser…
Un corazón como el mío
late muy dentro de ti,
un corazón que está herío
porque perdió su raíz…
Estribillo:
Que yo
no puedo ser tu enemigo
tan solo por tu color,
¿quién puede saber, mi amigo,
de qué color era Dios?.
Enviada por: J.S. Morales