Yo te buscaba, Señora,
el lunes por la mañana,
me encontré con tu sonrisa
cuando menos lo esperaba,
desembocando una calle
me dio un vuelco el corazón,
te iluminaba la cara
y un leve rayo de sol.
Se me antojó que esperaba
sonriendo de alegría,
sonriendo de alegría,
como se espera a un amigo
para darle los buenos días.
En un mar de corazones
de volantes y sombreros,
te acariciaba la brisa
de marisma y de romero.
Los almonteños son olas
que se acercan y se van
dejando de nuevo sola
la orilla de mi Hermandad.
(estribillo)
Sonaban los campaniles
cuando yo te vi venir,
hace un año que esperaba
estar tan cerca de Ti.
Prendidos del Simpecao
van las risa y el dolor
del peregrino cansado
que hasta tu Ermita llegó.
(estribillo)
Cuánto duelen los recuerdos
cuando se llega hasta aquí,
se pide por los que faltan,
los que no han podido venir,
y se renuevan promesas
entonando una oración.
Rocío, Blanca Paloma,
que no nos falte tu amor.
(estribillo)
Enviada por: José Luis