Cuando se cierra la ermita
y en la noche te ensimismas,
¿dónde pones Tú los ojos,
Señora de las Marismas?.
Cuando el frío del invierno
sobre el coto se desploma,
¿dónde pones Tú los ojos,
Divina y Blanca Paloma?.
Cuando las penas nos pesan
como noche sin aurora,
¿dónde pones Tú los ojos,
en qué piensas Tú, Señora?.
Cuando sólo te acompaña
el aroma de las flores,
¿dónde pones Tú los ojos,
locura de los pintores?.
Cuando está en silencio el río,
cuando tiemblan los rastrojos
y Tu niño se ha «dormío»…
¿qué están mirando Tus ojos
de noche, por el Rocío?.